En uno de sus muchos viajes, allá por 1969, Miguel Fisac (1913-2006), uno de los renovadores de la arquitectura española del siglo XX, descubrió la belleza aún salvaje de la bahía de Mazarrón, y decidió levantar aquí su casa de veraneo. Ahora, 46 años después, es posible conocer con detalle el proyecto a través de los planos originales del chalé que por primera vez se exponen en Murcia. Forman parte de una muestra que hasta finales de septiembre puede visitarse en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos y que, además, incluye los diseños de otras cinco obras maestras de Fisac: el Instituto Laboral de Daimiel (1951), el Instituto de Microbiología (1949-1956), el complejo de los dominicos de Alcobendas (1955), el Centro de Estudios Hidrográficos (1961) y el edificio IBM (1967).
La residencia de Isla Plana, conocida por los vecinos de la zona como La Cajonera, fue un reto personal del proyectista, un experimento a modo de ensayo para una nueva arquitectura turística. Aprovechando la pendiente del terreno, con una inclinación de 30 grados, Miguel Fisac superpuso cuatro módulos rectangulares, de color blanco, en los que repartió las distintas estancias de la vivienda. El geométrico edificio, con las mejores vistas al Mediterráneo, pretendía ser lo más respetuoso con el entorno, en línea con la sensibilidad a la que despertaba la arquitectura de mediados del siglo XX. Transcurridos los años, Fisac cambio la babía de Mazarrón por Palma de Mallorca para sus vacaciones estivales. Y la residencia fue pasando de manos hasta caer en el olvido. En 2006, los nuevos propietarios acometieron unas obras de ampliación que no han terminado de gustar. Desde la Fundación Miguel Fisac, su secretario, Diego Peris, se lamenta de que “no es un buen ejemplo de conservación. El resultado final está lejos de respetar, integrarse o camuflarse con respecto a la obra original”. La protección que hoy día le otorga el plan urbano de Cartagena al famoso chalé parece que llegó tarde. La fotografías que acompañan a estas líneas muestran el antes y el después, y que cada uno saque sus conclusiones.