La perdiz de aquel bodegón, sobre un lienzo del siglo XVIII, escondía los dedos de un Nazareno. El cuadro había sido reciclado para pintar, muchos años después, una escena de naturaleza muerta, quizás con más salida comercial en el mercado que la figura de un ‘santo’. Tras la sorpresa, el propietario eligió el original, de más valor. Un final feliz que no siempre se presenta, porque, en ocasiones, lo que entra en el taller como una pieza destacada, termina saliendo como una copia, con el consiguiente desengaño. La restauración de piezas artísticas tiene una parte de detective que ayuda a reconstruir la historia, y en esta labor lleva ya tres décadas María del Loreto López Martínez, del estudio murciano Asoarte. Digamos que por secreto profesional no puede desvelar muchas de las anécdotas y curiosidades que le han surgido a lo largo de su carrera, pero algunas sí y ahora se presenta una oportunidad de oro para conocer detalles de un trabajo que suena apasionante. ‘La restauración de arte como fuente en investigación histórica’ es el título de la conferencia que esta licenciada en Historia del Arte, máster en restauración del patrimonio histórico y académica de la Real de Alfonso X el Sabio impartirá este martes, 14 de mayo, dentro de la programación divulgativa del Club Caxitán, que organiza dicha institución académica. Será a las 20 horas, en la sede de dicha entidad (plaza Preciosa, detrás del Museo Arqueológico de Murcia). El oficio no solo requiere de destreza y conocimientos. Los restauradores también se ayudan de radiografías, estatigrafías y de análisis de pigmentos, entre otros recursos técnicos de autentificación, para aproximarse a los orígenes de una obra y, de esta forma, ser lo más fieles posible a la hora de su rehabilitación, explica Loreto López, de raíces mazarroneras. Es como si la pieza hablara; en ocasiones para confirmar lo ya sabido, aunque, en otras, para dar la campanada. Y es entonces cuando toca reescribir un trocito de historia. La sorpresa puede estar bajo capas de yeso, detrás de una moldura o escondida en un recoveco, lejos de la vista. En su exposición -en la que abordará la disciplina monumental, la pintura de caballete y la escultura-, la académica se apoyará en tres proyectos suyos: las pinturas del salón de baile del Casino de Murcia, la iglesia de San Andrés Apóstol (siglo XVI) de Mazarrón y los murales del monasterio de Los Jerónimos, en la pedanía murciana de Guadalupe. Pero les tengo que dejar con la intriga. Si quieren conocer qué escondían estas ‘joyas’, deberán acudir a la conferencia. Anoten la cita en su agenda: el 14 de mayo, a las 8 de la tarde.