La exposición por el centenario de Miguel Fisac y Alejandro de la Sota echa el cierre en el madrileño Museo ICO; y es ahora cuando se abre la puerta para que la muestra viaje a la Región. Desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia (Coamu) se han interesado por traer la colección que recoge el legado de estos dos maestros de la arquitectura española de mediados del siglo XX. Sería de cara a la próxima primavera, si bien las gestiones no han hecho más que empezar. De los dos genios, Miguel Fisac (Daimiel, 1913-Madrid, 2006) fue el que mantuvo una mayor relación personal y profesional con la Región. Así, una de sus obras más destacadas (y que figura en el catálogo de la citada exposición) es el chalé que construyó para su disfrute en Isla Plana (Cartagena) con vistas a la Bahía de Mazarrón. Data de 1968 y los vecinos no tardaron en ‘bautizarla’ como ‘La Cajonera’, por los cuatro contenedores en escalera que dan forma a la construcción. El edificio ha sufrido una profunda transformación para convertirse en dos viviendas independientes. Algunos dicen que está irreconocible.
A mitad de los años setenta, Fisac cambió Cartagena por Palma de Mallorca como destino para sus vacaciones, y vendió su famoso chalé a un hermano de la catedrática de la Universidad de Murcia Ana María Muñoz Amilibia. En declaraciones a ‘La Verdad’, la profesora, ya jubilada y retirada en Madrid, recordaba así la vivienda: “Como idea arquitectónica, la casa era fantástica y cómoda para vivir”.
El proyectista y viajero incansable dejó otras obras en la Región. Ahí está la capilla de la urbanización Torreguil, a la salida de Sangonera la Verde por la carretera de Mazarrón. Fue una de sus últimas obras antes de morir. La estructura está terminada, pero no así su interior. Es una construcción (ahora en manos de un particular) dominada por el hormigón; sus grandes ventanales dejan ver una techumbre de líneas rectas y a distintas alturas. Del estudio de Fisac también queda una urbanización en Águilas, cerca del nuevo auditorio. En Lorca, levantó el instituto de secundaria Ramón Arcas, de diseño académico y uno de sus primeros trabajos nada más salir de la Escuela de Arquitectura. El terremoto de 2011 ocasionó importantes daños, y, finalmente, se optó por su demolición (conservando solo una parte de la fachada), en contra de la opinión de un grupo de arquitectos que vieron perder una pincelada de este maestro, impulsor del renacimiento moderno de la arquitectura española.