Vuelta al principio con el barco fenicio. El alcalde de Mazarrón, Ginés Campillo, ha dado marcha atrás en su idea de poner en valor el pecio de 2.700 años de antigüedad en el mismo sitio donde está: a 1,80 metros de profundidad en la playa de La Isla. El regidor se había mostrado dispuesto a que el Ayuntamiento sufragara en solitario los 712.000 euros que costaba construir una urna de hormigón y cristal, unida a tierra con una pasarela, para contemplar desde arriba la embarcación sin moverla del lecho marino. Pero, finalmente, el primer edil se ha rendido a la opinión expresada por los expertos en el congreso científico celebrado en la localidad sobre esta joya del patrimonio subacuático, que aseguraban que la mejor opción era extraer la nave, de 8,10 metros de eslora y 2,25 de manga, y exponerla en seco, eso sí, sin que abandonara el municipio. El principal valedor de esta alternativa es el catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza Manuel Martín Bueno. Y la propuesta no es nueva, la planteó en 2010, cuando el ya desaparecido consorcio turístico de Mazarrón encargó un estudio acerca de qué hacer con el barco fenicio. En el reciente congreso, Martín Bueno mantuvo lo mismo que defendió entonces: que existen los medios técnicos para llevar a cabo con éxito la operación de extracción del pecio, para después tratar la madera con un barniz especial y, finalmente, exponer la embarcación en un museo. A la vez, este catedrático advertía de que instalaciones como esa de la urna de cristal y hormigón resultan “caras de mantener”.
La opción de sacar del mar el barco fenicio entraña riesgos, debido a que la nave es extremadamente delicada. Pero también abre otras posibilidades, debido a que permitiría desarrollar una campaña de excavación en profundidad para comprobar si existen más restos bajo la arena. Los expertos ya han avisado de que puede haber toda una flotilla fenicia hundida. En cualquier caso, al tratarse de un yacimiento protegido, Patrimonio Histórico tiene la última palabra. Y habrá que estar atentos también a lo que diga la Demarcación de Costas, que tiene pendiente la regeneración de la playa de La Isla, afectada por una profunda degradación que la ha transformado por completo.
Con todos estos mimbres, Ginés Campillo ya tiene cita en el Ministerio de Cultura para ver qué cesto componer. El 28 de abril, el primer edil viajará a Madrid con el fin de recabar el apoyo del departamento de Wert para el proyecto de extraer el pecio, ‘restaurarlo’ y exponerlo al público. El Ayuntamiento quiere construir unas instalaciones que funcionen como una delegación del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) de Cartagena -parece que su director, Iván Negueruela, estaría de acuerdo- en las que mostrar el pecio recuperado del fondo del mar. Ya se barajan dos posibles emplazamientos para este centro: una parcela en la subida al faro y la Casa Rolandi, una villa de veraneo del principios del siglo XX, en la playa del Rihuete, que el Consistorio comprará a sus propietarios.