Ginesa ‘la barquillera’ no solía faltar al pase de cada tarde de domingo, con su puesto ambulante de pipas sobre su falda, a las puertas del Teatro Circo de Mazarrón. Las sesiones de cine de aquella infancia lejana eran una ventana abierta por la que se escapaba volando la imaginación. Y cuando la pantalla se apagaba, entonces volvía a aparecer un pueblo de futuro incierto, en blanco y negro. Ahora se cumplen treinta años de la última función. Esta fábrica de sueños cerró en 1984; después sufrió un incendio que redujo a cenizas su interior. Las llamas respetaron la fachada, la misma que hoy luce un cartel de ‘se vende’. Dudo de que el Teatro Circo (escenario también de zarzuelas, sainetes y conciertos, en ocasiones protagonizados por los propios vecinos) entre en el inventario de cines singulares del siglo XX en peligro de desaparición que está redactando el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), pero, desde luego, forma parte de la historia (y de los recuerdos) de este pueblo minero y marinero. ¿Es la piqueta el destino que se merece?
El citado catálogo, que prepara un equipo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela, dirigidos por el profesor Jesús Ángel Sánchez, deberá estar listo este mes de junio. Habrá que aguardar hasta entonces, explican desde el IPCE, para conocer si algún cine de la Región se incluirá en dicho documento, aunque se da por seguro que habrá representación murciana. El trabajo recopilará 150 salas “de especial relevancia, tanto por su arquitectura como por sus sistemas de proyección o por la importancia social que tienen o han tenido en los lugares en los que están ubicadas,” según informa el Instituto en su web. El objetivo es dar “una primera aproximación”, precisa una conservadora, sobre cuál es el estado de las principales salas, todavía en funcionamiento o ya clausuradas, que destacan por su “singularidad o interés cultural”. El siguiente paso consistiría en una labor de depuración hasta conseguir un listado que recoja aquellos elementos que habría que proteger, para, posteriormente, lanzar un plan de recuperación con ayuda de los presupuestos del Estado.
De momento, pocas salas han conseguido la declaración de bien de interés cultural (BIC), una tarea pendiente que ahora se quiere corregir. El inventario forma parte de un plan nacional, más ambicioso, con vistas a la salvaguarda del patrimonio del siglo XX, siempre amenazado debido, fundamentalmente, a su proximidad temporal. Incluirá no solo la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería civil, sino también las artes plásticas y los registros fotográficos, audiovisuales y sonoros.
Fue a principios de la década de los años veinte cuando en la Región se empezaron a levantar salas específicas de exhibición. En Cartagena estaba, por ejemplo, el Gran Salón Sport, que fue acondicionado por el arquitecto Lorenzo Ros, autor de otros inmuebles singulares de la época. En Murcia apenas si quedan en funcionamiento cines históricos. Se mantienen el Rex, remodelado por Martínez Albaladejo (otro proyectista destacado del Movimiento Moderno), y los Salzillo, que ahora acogen la Filmoteca Regional. ¿Alguien guarda una vivencia especial que quiera compartir aquí?