¿Puede un lugar tan triste como un cementerio contener un destello de belleza? ¿Qué atractivos mantienen las necrópolis para convertirse en reclamos para los turistas? Los camposantos aparecen en las guías de capitales como París (Père Lachaise), Londres (Highgate) y Praga (antiguo cementerio judío), al lado de otros monumentos de parada obligada. Y reciben un aluvión de visitas, y no solo con motivo de la festividad de Todos los Santos. En la Región, algunos también tienen un cierto ‘encanto’, porque arquitectos, pintores y escultores famosos dejaron su sello en estos recintos sagrados por encargo, claro está, de las familias más adineradas e influyentes de la sociedad de la época.
Ocurre, por ejemplo, en el cementerio de los Remedios en el cartagenero barrio de Santa Lucía. Allí descansan los restos de Isaac Peral en un sarcófago de bronce y mármol, de estilo decó, obra del arquitecto Víctor Beltrí y del escultor José Moya Ketterer. Beltrí (que trajo el modernismo a la Región) diseñó -con un toque neoegipcio- otro mausoleo para la eternidad, el de los Aguirre, una rica familia del emporio minero, con un espléndido edificio en el casco urbano de Cartagena. Lorenzo Ros, otro nombre propio en la arquitectura moderna, proyectó el panteón de Casimiro Muñoz, y a Carlos Mancha y Francisco Requena se debe el monumento funerario de los Pedreño y Deu, inspirado en el panteón de la familia Boode en el cementerio parisino de Père Lachaise. En cuanto a la capilla que domina el camposanto, corresponde a un diseño de Antonio Oliver Rolandi, y de la decoración se hizo cargo el pintor Wssel de Guimbarda.
Si Beltrí ‘domina’ en Los Remedios, en el cementerio de Nuestro Padre Jesús de Murcia destaca Pedro Cerdán, quien levantó la fachada monumental de inspiración renacentista. Este recinto municipal de enterramientos data de 1887 y vino a sustituir a los cementerios de la puerta de Castilla (La Albatalía) y la puerta de Orihuela. Las familias de la alta sociedad murciana también recurrieron a los mejores arquitectos para que proyectaran las que debían ser sus últimas moradas. Destaca el panteón Guirao Almansa, de Francisco Ródenas, autor también del monumento de Salzillo y primer proyectista de las Casas Consistoriales de Mazarrón. La obra de Justo Millán, Rafael Castillo y Guillermo Martínez Albaladejo, entre otros, también está presente en las calles del camposanto murciano.
Uno de los panteones del cementerio de Santa Lucía. / A. GIL
Y por supuesto este recorrido por los cementerios de la Región no puede acabar sin una parada en el lorquino de San Clemente, con un conjunto de panteones, como los del Vizconde de Huertas, la familia Casalduero y los Valdés Millán, que están protegidos por Cultura debido a su monumentalidad.
[Dos apuntes más. En Bullas, organizan una visita guiada para conocer la historia del cementerio de San Ildefonso, este domingo (16.30 horas) y el fin de semana del 8 y 9 de noviembre. Las inscripciones, en Informajoven. Y en Murcia está prevista (29 de noviembre) una visita teatralizada por el casco antiguo con el Tenorio como telón de fondo. Hay que llamar al teléfono 616 717 888)