El patrimonio inmaterial no parece tan intangible como podría pensarse. Es la primera sensación al asomarse a la exposición fotográfica ‘Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva’, en el Museo Nacional de Antropología de Madrid, donde Murcia (por suerte) también halla su espacio. Casi siempre, tradiciones, usos sociales, conocimientos relacionados con la naturaleza, actos festivos y rituales tienen un sustento palpable. Ocurre, por ejemplo, con el Consejo de Hombres Buenos, encargado de administrar el riego en la huerta del Segura, y que encuentra su sentido en la milenaria red de acequias que todavía hoy surca este paisaje agrícola único y amenazado. Por desgracia, en otras ocasiones, del patrimonio cultural inmaterial no queda nada más que recuerdos.
Pues bien, de lo uno y de lo otro se da cuenta en esta exposición organizada por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), con entrada gratuita y que permanecerá abierta al público hasta mediados del mes de febrero. Reúne casi un centenar de instantáneas (la mayoría del magnífico archivo del IPCE) de algunos de los fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes de la historia, como Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eustaquio Villanueva, Baltasar Cue o Cristina García Rodero, entre otros. Sus obras (hay imágenes desde finales del siglo XIX) sirven «como documentos clave a la hora de interpretar cómo era el mundo que nos ha precedido, qué aspectos de esas formas de vida permanecen vivos todavía y cuáles se han ido transformado o han desaparecido», apuntan los organizadores de la muestra. Sus comisarios son el investigador y sociólogo Antonio Muñoz Carrión y la etnóloga de IPCE María Pía Timón Tiemblo, quien, por cierto, la pasada primavera visitó Murcia para presentar el plan nacional de arquitectura tradicional coincidiendo con un congreso de molinología.