Quien tenga interés en conocer cómo era el castillo de los Vélez de Mazarrón en su momento de esplendor (a finales del siglo XV) no puede perderse la exposición que hasta el mes de marzo permanece abierta en las dos sedes de la Universidad Popular de la localidad. El mazarronero Antonio Paredes Navarro (que ya sorprendió con su colección de motos antiguas) ha dedicado 2.300 horas de trabajo a realizar a escala la fortaleza que domina el pueblo. El impresionante resultado no solo se debe a una minuciosa labor manual, como demuestran los 16.000 fragmentos de piedra empleados en la construcción de la maqueta. Antes de ponerse manos a la obra, el artista ha tenido que documentarse con el fin de reproducir lo más fielmente posible el conjunto defensivo, formado por una doble muralla alrededor del baluarte principal y con entrada por la Cuesta Carrión.
El trabajo de Antonio Paredes (desde aquí le hago llegar mi enhorabuena) tiene mucho mérito, porque el castillo de los Vélez, levantado por los marqueses para defender sus negocios mineros, ha llegado hasta nosotros bastante deteriorado. Al abandono del paso de los años se sumó, a finales del siglo XIX, los daños ocasionados por la apertura de un pozo de la mina San Carlos en el mismo corazón de la fortaleza.
![Vista general de frente](/microhistorias/wp-content/uploads/sites/26/2014/12/Vista-general-de-frente.jpg)
Maqueta del castillo de los Vélez de Mazarrón. / UP
Pero aún hay más. La maqueta es una de las cuatro que forman la exposición titulada ‘Matri Terrae’, la misma inscripción que aparece en una de la tres esculturas de dioses romanos halladas en el mazarronero barrio de La Serreta y que se muestran en el Museo Arqueológico de Murcia (MAM). Las otras tres reproducciones (también de gran calidad) hacen referencia a las explotaciones mineras y a la agricultura, dos de los sectores que han dado vida al municipio desde la antigüedad. Se trata de la fábrica de alumbre (también se explica con una demostración práctica cómo se obtenía este apreciado residuo mineral), la finca de Coquela (la única casa de campo con torre que queda en la localidad) y la mina del Luisito (sobre una loma a la entrada del pueblo por la carretera de Murcia).
Como hasta marzo todavía queda tiempo, estaría bien que el Ayuntamiento completase la exposición con visitas guiadas para conocer sobre el terreno todo este patrimonio histórico. Al menos, la fortaleza queda bastante a la mano. Por cierto, habría que recordarles a nuestros políticos que la restauración del castillo de los Vélez se quedó a medias y que el conjunto de las minas sigue a la espera de un proyecto que permita su puesta en valor. No lo olviden. Son nuestras raíces.