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Miguel Rubio

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Verbo es inquietud

Verbo Estudio, o lo que es lo mismo, Dictinio de Castillo-Elejabeytia Gómez y Carlos Pérez Armenteros, abre sede en la calle Verónicas, número 10, de Murcia. Y no solo como un espacio de ideas para el diseño arquitectónico y la regeneración urbana; también reserva un lugar, ‘En la pared’, dedicado a la creación artística. Para el estreno, los dos jóvenes arquitectos han contado con la  diseñadora gráfica Carmen Cremades, que hasta el 8 de mayo expone una retrospectiva del primera año de trabajo del estudio a través de sus ilustraciones hechas a mano. De Castillo-Elejabeytia y Pérez Armenteros defienden la participación ciudadana en sus proyectos y abogan por una arquitectura pensada para sus usuarios. Su filosofía podía resumirse en la siguiente pregunta que dejan en el aire: “¿No parece que demasiadas veces la arquitectura aterriza sin responder a las condiciones del lugar, sin contar con nadie…? Han dado color al barrio del Espíritu Santo (Espinardo), una de las zonas más castigadas por la marginación, con la iniciativa ‘Rosita, su tío Javi y las mandarinas de Juanjo’, implicando a los vecinos en el mantenimiento y el cuidado del espacio público. Ahí están sus murales para quien se adentre por el corazón de esa barriada. Ahora llevan entre manos un proyecto de mejora visual del paisaje urbano del colegio Herma, en el barrio de El Carmen, y trabajan con el colectivo Murcia skate boarding y Acho bmx para el acondicionamiento del ‘skatepark’ del centro deportivo José Barnés. En esta entrevista (un extracto de la cual ya se publicó en ‘La Verdad’) hablan de su profesión, de su visión personal de la arquitectura y de cómo imaginan una ciudad de Murcia mejor.

Los arquitectos de Verbo Estudio, Carlos Pérez (i) y Dictinio de Castillo-Elejabeytia

Los arquitectos de Verbo Estudio, Carlos Pérez (i) y Dictinio de Castillo-Elejabeytia.

-¿Por qué Verbo Estudio?

-Verbo es movimiento, inquietud. No esperar para proponer ni imaginar otras posibilidades. De ahí surge el estudio, de estas ganas por proponer y que sea aquí, en nuestra ciudad, y donde pensamos es necesaria esta proactividad creativa.

– ¿A qué se debe que la participación ciudadana sea tan importante en sus intervenciones?

-Nuestra intención en las intervenciones urbanas que proyectamos no es otra que la participación de los habitantes en el proceso de conformación de la idea, de tal forma que lo alimenten para que sea más rico y adecuado al lugar, ya que ellos serán los usuarios día a día.

-¿Hasta qué punto es ‘sano’ que los ciudadanos colaboren en el desarrollo de su entorno urbano? ¿No deben ser los profesionales los que tengan la última palabra?

-Las propuestas urbanas que realizamos se confeccionan filtrando las demandas, sugerencias u observaciones que los usuarios lanzan a través de procesos participativos que son previamente diseñados adecuados a cada contexto y lugar. De la información extraída del análisis nos quedamos con la que nos parece que más enriquece la propuesta, llegando a un mejor resultado. Los procesos participativos nos permiten aterrizar en cada lugar y conocer de primera mano sus singularidades, a sus habitantes e identidad, sus demandas. Eso sí nos parece muy sano.

-‘Carmen, ¿tienes sal? o ‘Rosita, su tío Javi y las mandarinas de Juanjo’ ¿Y estas denominaciones para bautizar sus proyectos?

-Es una manera de expresar la identidad del lugar en el que se ha trabajado, y de quienes lo habitan. ¿No parece demasiadas veces que la arquitectura aterriza sin responder a las condiciones del lugar, sin contar con nadie…?

-¿Con qué arquitectura se identifican?

-La hecha con cariño, atendiendo al detalle, la que responde con calidad a una necesidad y demuestra funcionar siendo bien recibida, la que nos permite abrir la mente y ver o imaginar nuevos horizontes, la que se integra en el paisaje…

-Su profesión recibió también un aluvión de críticas a raíz del ‘boom’ y la posterior crisis. ¿Fueron merecidas?

-Se ha construido en exceso y en demasiadas ocasiones sin ninguna planificación, desmantelando el territorio movidos por el dinero y la especulación. Hemos destruido paisajes únicos, diseñado miles de viviendas y barrios para nadie, edificios (museos, aeropuertos…) con presupuestos abusivos y que en ocasiones ni han abierto sus puertas. Debemos asumir junto a otros agentes, obviamente, estas y otras responsabilidades.

-¿Qué puede aportar la arquitectura en estos momentos de cambios?

-Demostrar que es una necesidad vital (en un sentido amplio, de cobijo, de relación y encuentro, de cultura…), hacer que nuestro día a día sea mejor, aprovechando los recursos sin hipotecar el futuro.

-¿Es Murcia una ciudad diseñada/pensada para sus moradores? ¿Qué actuaciones resultan prioritarias en su opinión?

-En ocasiones es demasiado fácil entrever qué intereses han movido las dinámicas de construcción y eso en la ciudad nos deja gravísimas cicatrices, muchas de ellas ya insalvables. Este clima y esta cultura mediterránea no se corresponden con la escasez existente de espacios públicos confortables, bien arbolados, donde poder relacionarnos, donde los niños puedan desarrollarse y disfrutar, más flexibles y adaptables a diferentes situaciones lúdicas. Por citar ejemplos muy evidentes. Murcia tiene muchos aspectos a trabajar duramente y mejorar, su espacio púbico y la calidad de su paisaje urbano, la mejora de los barrios atendiendo a las necesidades de sus vecinos y las complejas problemáticas que en ellos pueden observarse (en ocasiones requieren el trabajo de varias disciplinas, sociología, trabajo social…), una red eficiente de transporte público desde una perspectiva global e inclusiva con las pedanías, una mayor adaptación al clima y al paisaje, un compromiso real con la huerta, su río… hay muchísimo trabajo por hacer.

-¿En qué proyectos están embarcados ahora

-Estamos realizando una propuesta para la mejora visual en el paisaje urbano del colegio Herma en el barrio de El Carmen, trabajando junto al colectivo Murcia skate boarding y Acho bmx para desarrollar el proyecto de mejora del ‘skatepark’ del centro deportivo José Barnés, además de encontramos inmersos en la definición de los talleres que impartiremos el próximo día 30 en la Politécnica de Valencia y en otros entornos propuestos. Estos proyectos los compaginamos, actualmente, con trabajos de reforma para una vivienda y proyectos de gestión urbanística de índole más técnica.

Nuestro patrimonio cultural en pequeñas dosis

Sobre el autor

Mazarrón, 1967. Periodista de 'La Verdad' y guía oficial de turismo.


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