Una fiesta para los oídos (II)
Los siguientes días en Maiernigg fueron muy productivos para Gustav. Parecía que el impulso recibido en las aguas del Wörthersee contenía suficiente energía para terminar los tres movimientos que completarían la séptima sinfonía. La estancia en la casa de Maiernigg junto a Alma y las niñas le daba la necesaria estabilidad emocional para que los veranos fuesen productivos. […]