La infanta Cristina cumple hoy 48 años. La segunda hija de los Reyes de España, séptima en la línea de la sucesión al Trono de España, esposa de un exbalonmanista reconvertido primero en prometedor hombre de negocios y, después, en el primer miembro de una Familia Real imputado por la Justicia, lo celebra trabajando. En Barcelona. Y quizás en familia, ya por la tarde, en su palacete de Pedralbes. Nada de fiestas fuera de esos muros. Nada de fiestas en Zarzuela. Y para no contar lo que siempre se dice de Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, lo recurrente año tras año, yo me quedo con una fecha: 12 de octubre de 2011. Fue su último acto oficial como infanta de España. Supuso su último ingreso económico y justificado de la Casa Real. A partir de ese día se le cerró el grifo. Iñaki Urdangarin ya estaba bajo sospecha y… No era cuestión, debió decirse Zarzuela, de dar más proyección a la esposa de un (entonces posible) imputado. Por muy hija de Reyes que fuera.

Fotografía oficial de la infanta Cristina que aparece en la web de la Casa Real.

Y a partir de ese día, del 12 de octubre de 2011, se pierde el rastro público de la infanta Cristina. Resulta chocante que la Casa Real haya decidido mantener el perfil y actividades de la segunda hija de don Juan Carlos en su web oficial. Y resulta chocante porque recoge un pasado que carece de presente y también de futuro. Porque a estas alturas, ¿alguien confía en que la infanta Cristina volverá a tener agenda propia como miembro de la Familia Real? Me aventuro a responder que no. Y resulta chocante, más aún, que se bucee por las actividades en las que participó la esposa de Iñaki Urdangarin en los últimos años y sea inevitable pensar que mientras ella representaba a la Corona, su marido, supuestamente, hacía uso de su estatus para llenarse la buchaca.

Es hija de sus padres, y eso nunca podrá dejar de serlo, pero Cristina de Borbón, por decisión de Zarzuela, no del pueblo, ya no representa a la Familia Real. En cambio sigue teniendo un sitio en la página web. Y en la Historia de España. Para lo bueno y para lo malo. Porque si en cada cumpleaños se hace balance de los últimos 365 días… la infanta Cristina tiene que quedarse con su regreso a Barcelona desde Washigthom, con su imputación de pon y quita, y con algunas cosas más sin importancia. Su vida ya no es pública. Para eso dejó de tener asignación de la Casa Real. No acto, no ingreso. Así de sencillo.