El 5 de noviembre se cumplieron 31 años de aquel anuncio. Los príncipes de Gales estaban esperando su primer hijo. Un rey de Inglaterra estaba en camino. No fue el de Diana un embarazo sencillo. En enero, la princesa se precipitó por las escaleras. Saltaron todas las alarmas. Lady Di fue ingresada de urgencia. Bastaron unas horas para saber, por medio de un comunicado médico, que tanto la esposa del príncipe Carlos como el feto se encontraban bien. Todo había quedado en un susto. Mayúsculo. Pasaron las semanas, los meses y… Por fin llegó el día. Y sí, un niño. Guillermo. Seguramente más de uno respiró tranquilo, porque si el recién nacido hubiera sido niña…
Sí, hace 31 años el varón tenía preferencia sobre la mujer para acceder al trono. Hoy también ocurre, la diferencia es que hace algo más de un año los países de la Commonwealth alcanzaron un acuerdo para cambiar las reglas de sucesión y eliminar esta preeminencia. De hecho, solo un día después del anuncio del embarazo de la duquesa de Cambridge, el parlamento británico aceleró los trámites para poner fin a 300 años de discriminación. Así las cosas, el hijo de Guillermo y Catalina que viene en camino ocupará el tercer lugar en la línea de sucesión, por detrás de su abuelo, el príncipe Carlos, y de su padre. Y, claro, solventado el problema o al menos enfocado, dado que el acuerdo todavía tiene que ser aprobado por los parlamentos de los 16 países, incluido el Reino Unido, de los que Isabel II es jefa de Estado, los británicos pueden centrar toda su energía en el noble deporte de la apuesta. La gran pregunta que sigue al ¿será niño o niña? es ¿y cómo se llamará? Pues bien, las casas de apuestas se decantan por Frances, Elizabeth y John, a los que les siguen Charles, Victoria y George. También aparecen nombres como Anne, Phillip, Richard o Diana. La gran sorpresa sería que fuera niña y se llamara Camila. En caso de ser así… El afortunado acertante posiblemente se embolsara un fortunón. Mi apuesta es… Que reinará en Inglaterra.
Y como apostar no deja de ser un juego y también especulación, pues resulta que se ha desatado la euforia con un embarazo gemelar. En ese caso, dejando a un lado las apuestas, el parto puede que llegue a estudiarse algún día en los libros de historia, porque debería darse fe de cuál de los dos bebés ocupa el tercer y cuarto puestos de sucesión al trono. Algo parecido, vamos, a lo que sucedió en Dinamarca, con el nacimiento de los príncipes Vicente y Josefina; claro, que en este caso uno y otra, hijos de los príncipes herederos Federico y Mary, ocupan el cuarto y quinto puesto a la sucesión al trono, por detrás de su padre y sus dos hermanos mayores.