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La botella

En esta semana de malos indicadores para la Región (en I+D, innovación tecnológica, transparencia, déficit público en septiembre…) y tenebrosos pronósticos (30% de paro y caída del PIB de 1,5% en 2013, según los empresarios), el ritual de buena fortuna de los directivos coreanos de la gran fábrica de lubricantes que se levantará en Escombreras parece haber surtido algún tipo de efecto positivo. Entre ‘el dinero del fondo de rescate’ (FLA), que ha dado un alivio a farmacias y otros proveedores, y ‘el dinero rescatado de los fondos’, léase las 570.000 monedas de oro y plata de la ‘Mercedes’ que harán de Cartagena un atractivo turístico y cultural de primer orden, la teoría de la botella medio llena, el mantra del ‘agit-prop’ gubernamental, adquiere una ligera pizca de consistencia. Después de mucha presión, incluso algunos importantes nubarrones empiezan a despejarse, como la voluntad declarada de Aena de contribuir al despegue del aeropuerto de Corvera, en una economía que si flota es por el espectacular comportamiento de las exportaciones y del sector agroalimentario. Pero las cosas siguen difíciles, por mucho que en esta amarga película neorrealista en la que se ha convertido la crisis surja algún simpático y anecdótico ‘cameo’, como el del jeque Sulaiman Al Fahim por tierras de Archena. Pregúntenle a los pensionistas y verán qué responden. El Gobierno regional, que por fortuna ha ganado en disciplina presupuestaria, pide paciencia y que se le deje trabajar, exactamente lo mismo que reclaman a gritos los más de 200.000 parados que ya acumula la Región. Para ellos, esa botella está completamente vacía. Alejarse de un discurso político pegado a la realidad carecería ahora de justificación cuando todo indica que 2013 será más duro que 2014, el año que puede marcar el inicio de la recuperación. Aunque los gobiernos central y autonómico consigan cumplir los objetivos de déficit y encaucen la deuda pública, difícilmente las reformas por sí solas lograrán la reactivación si no van acompañadas de inversiones y estímulos estatales, lo que es ahora imposible porque en la caja hay lo justo para preservar los servicios básicos y pagar las nóminas de los funcionarios. No habrá cambio de ciclo hasta que no concluya la reordenación bancaria, fijada para junio próximo, aunque el saneamiento del sector, la reactivación del flujo crediticio y la recuperación del consumo no se prevén hasta 2014. Los progresos serán lentos porque el paro seguirá escalando hasta que no haya un ritmo estable de crecimiento y se enjuague la gigantesca deuda privada de los españoles. De los 48.000 millones pendientes de pago en la Región a los bancos en concepto de créditos, ‘solo’ unos 2.000 corresponden a las administraciones públicas. El resto es una deuda contraída por ciudadanos y empresas, durante los años del ‘boom’ inmobiliario, que tardará tiempo en digerirse. Celebremos pues las puntuales buenas noticias que llegan, como sin duda lo son la gran inversión en Escombreras y la llegada de la carga de la ‘Mercedes’, pero sin perder de vista que sus efectos serán a medio plazo. Ojalá haya más inyecciones anímicas de este tipo a lo largo de la cuesta arriba que aún queda por delante.

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Las claves de la actualidad analizadas por el director editorial de La Verdad

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