¿Es este calor desmesurado lo que está recalentando la campaña o acaso es el propio debate electoral lo que está caldeando el ambiente? El ecuador geográfico y el político empiezan a superponerse a mitad de camino de la recta final hacia las urnas. En líneas generales, hasta ahora hemos vivido una campaña de guante blanco, pero ya han comenzado los primeros golpes de efecto, los primeros directos al mentón. Todo indica que a medida que se acerque el 24M, el termómetro de la pugna política irá subiendo y comenzará un intercambio dialéctico ya menos amistoso entre los candidatos. Está a punto de acabar la fase de exhibición programática y de búsqueda de visibilidad y conocimiento público. Ahora vendrán las urgencias, las ansiedades, y con ellas el cuerpo a cuerpo. Sin embargo, hay un hecho sustancial en esta cita que marca una diferencia: muy probablemente todos los partidos tendrán necesidad de pactar. Esta vez no habrá vencedor por KO, sino a los puntos una vez consumidos los doce ‘rounds’. En este escenario lo más probable es que PSOE, Podemos e IU dirijan todos sus golpes hacia el PP, pese a que están claramente disputándose el voto de la izquierda. Marcarán diferencias entre sí, pero todos los cañones apuntarán al candidato Sánchez, quien a su vez puede necesitar el respaldo de Ciudadanos para gobernar. Los partidos que hoy están enfrentados pueden necesitarse en semanas. De ahí que en esta segunda fase del 24M, pese a puntuales golpes de calor, no cabe esperar una batalla campal.