Leo que la diputada andaluza Verónica Pérez, que se autoerigió en la máxima autoridad del PSOE a las puertas de Ferraz, lleva 17 años cobrando sueldos públicos y que no ha tenido actividad profesional fuera de la política, en la que entró con 18 años. No es un caso aislado. Hay numerosos ejemplos a diestra y siniestra, empezando por la propia ministra de Trabajo. En la Región tampoco faltan. El crecimiento económico se ralentiza y el paro vuelve a arrojar cifras preocupantes, pero, habida cuenta que muchos se juegan su propio tajo, prevalecen otro tipo de cuitas. Y así, el PP escudriña si el efecto del caso ‘Gürtel’ y otros de corrupción están amortizados en la opinión publica, el PSOE sopesa los costes de una abstención a Rajoy frente a unas terceras elecciones y Podemos amaga con llevar la inestabilidad institucional a varias Comunidades.