La Policía y la Guardia Civil alertaron ayer del auge del ‘timo de la llamada perdida’. Se inicia al recibir una llamada corta en el móvil, sin tiempo para responder, pero quedando registrada como ‘llamada perdida’. Si el receptor la devuelve, le saldrá caro: la línea tiene una tarificación adicional, de la que los estafadores se llevan parte, mientras una locución automática intenta retener al usuario el mayor tiempo posible. No se sabe quién llamó a quién, pero al PP, en su relación con Cs, le quedó la sensación de haber sido timado con la reforma de las ITV. Mucho ‘guasap’, mucha llamada, pero en el último suspiro, cuando el registro de los móviles acreditaban un acuerdo, Cs sorprendió con su rechazo al decreto. No es una estafa, es política. Lo curioso es aquí nadie gana. Al contrario, ambos pierden. Un nuevo espectáculo. Y otro timo más.