Todas las modelos de Barbie en Estados Unidos están hechas con el mismo material y tienen el mismo número de complementos, pero varían sensiblemente de precio en función de la profesión de la muñeca. Aparentemente, no hay ninguna razón que explique por qué la Barbie paleontóloga o ingeniera informática cuesta hasta tres veces más que la Barbie gimnasta o cocinera. Según el economista Matthew Notowidigdo, de la Universidad de Chicago, la explicación de la ‘paradoja de Barbie’ es que los vendedores explotan la esperanza de los padres norteamericanos de que sus hijas acaben dedicándose a esas profesiones bien remuneradas y prestigiadas si tienen contacto con ellas en la niñez a través del juego. La percepción del precio de las cosas y los sacrificios que las personas están dispuestas a hacer por el bienestar de los suyos son el resultado de procesos mentales sutiles, que se agudizan aún más cuando el consumo y el ahorro están bajo mínimos por una crisis como la que ha empobrecido a los españoles. Muchos observadores se preguntan cómo es posible que en nuestro país no se hayan producido estallidos sociales con tasas de desempleo del 25%, y se acepten todo tipo de sacrificios para salir de esta sima. Da la impresión de que la sociedad acepta las severas medidas de control del gasto público, o la flexibilización del mercado laboral, por la expectativa de que este atajo por un duro y peligroso desfiladero nos conducirá por fin a la salida de una travesía angustiosa que dura ya cinco años. Si además nuestro sistema de pensiones corre riesgo y nuestros hijos pueden acabar siendo una generación perdida por falta de expectativas laborales, la capacidad de asumir renuncias se multiplica hasta límites que no sospechábamos. El precio que hay pagar parece hasta ahora soportable para una mayoría de la población que, pese a estar harta e indignada, no lleva su malestar a la calle. Y eso que la capacidad de resistencia ante la crisis de las familias murcianas no puede dar mucho más de si. La Región fue la segunda donde más cayó el consumo en 2012. Y los datos que hoy revelamos muestran un desplome del crédito en el último trimestre de 2012 en la Región, que fue la única, junto con Navarra, donde también cayó el ahorro en el mismo periodo. El Gobierno regional está obligado a hacer un nuevo ajuste de sus cuentas, que quiere sustanciarse con un aumento de los impuestos y las tasas. El vicepresidente Juan Bernal señala que todas las figuras tributarias están en revisión y nada hay decidido. Antes de hacerlo debería estudiarlo con cautela, porque el impacto de una fuerte vuelta de tuerca a la fiscalidad sería devastador, e injusto mientras no se haga la prometida reforma de la Administración, para miles de murcianos que de verdad no llegan a fin de mes. Para ellos, la encrucijada no es qué muñeca elegir, sino cómo garantizar el pan de sus hijos y el próximo pago de la hipoteca.