Siempre que llega el Día Internacional de la Mujer, que ayer se celebró en todo el mundo, suele pasar inadvertido el papel crucial de los medios de comunicación para la consecución de la plena igualdad de las mujeres. Los debates públicos se concentran en temas especialmente relevantes, como la pervivencia de los roles machistas, la conciliación laboral y familiar, la brecha salarial, el bloqueo en los puestos de dirección, la falta de educación en igualdad en los hogares y en la escuela, y en general las políticas públicas relacionadas con este ámbito, casi siempre ineficaces por la falta de control y reprobación cuando se detectan incumplimientos. Así es, y no debería ser de otra forma, porque esas son las principales vallas que dificultan un camino en el que se ha avanzado mucho pero al que le queda largo recorrido. Sin embargo, pocas veces los medios de comunicación reconocen también que somos, o podemos ser, otro gran obstáculo para la igualdad de genéros, al obstinarnos en perpetuar la escasa visibilidad de las mujeres en la vida pública, y al contribuir a proyectar estereotipos sobre lo masculino y lo femenino que están alejados de la realidad. Hace solo unos pocos meses, en una conferencia sobre este asunto, el Consejo de Europa apuntaba claramente a esa responsabilidad contraída por los medios de comunicación en el mantenimiento y la aplicación del principio de igualdad entre hombres y mujeres como una parte integral de los derechos humanos. Es una tarea que no es sencilla y que no podrá solventarse de un día para otro, dado que exige un compromiso sostenido en el tiempo de los profesionales de la prensa impresa y digital, la radio y la televisión. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hoy hemos querido hacer un periódico diferente, que rompa moldes, como hacen muchas de las mujeres que aparecen en los reportajes, entrevistas y perfiles de esta edición dominical, a lo largo de sus principales secciones. En cada página de información de ‘La Verdad’, hoy verán una mujer y un mensaje. Cincuenta y seis mujeres de la Región, de toda condición profesional y orientación ideológica, que nos brindan un pensamiento personal para esta ocasión. Cada mujer, como cada hombre, es un universo con voz propia y singular en una sociedad plural. Los periódicos solo somos un reflejo de ésta y por tanto también pecamos de las mismas imperfecciones en materia de igualdad de géneros que el resto de instituciones y organizaciones. Por eso, ni este humilde y puntual ejercicio de reflexión y de periodismo nos redime de posibles errores pasados, ni nos vacuna contra los que puedan venir en el futuro. Decía Teresa de Calcuta que «a veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota». Nuestro periódico de hoy es algo más que un guiño, aunque no pase de ser una pequeña gota en un problema oceánico. Ojalá que algo cale.