La ocupación en Semana Santa y en este puente de mayo, así como los datos de visitantes extranjeros en el primer trimestre del año, presagian un verano de récord para el turismo en España. Pese al paupérrimo presupuesto en promoción, los bandazos estratégicos, la escasez de infraestructuras y la situación del aeropuerto de Corvera, a la Región de Murcia no le está yendo mal en este repunte. Estamos tan lejos en todos los parámetros críticos de los grandes focos de atracción turística que solo podemos crecer si sabemos aprovechar la ola. Recibimos en la actualidad el 1% de los viajeros internacionales que vienen a España, pero en relación con nuestro primer trimestre de 2013 hay un incremento del 25%. Si además se asienta el clima de confianza en la recuperación económica, la Región puede cosechar en julio y agosto cifras históricas de turismo nacional y extranjero. El Gobierno regional y los ayuntamientos deberían estar ya trabajando a fondo para aprovechar el aluvión que se avecina. Más aún con la dura competencia que tiene la Región en un sector que hoy es una baza inmediata para generar riqueza y empleo. Alicante, por ejemplo, está que se sale. Aunque continúa políticamente enredada en la negativa de la capital a las lanzaderas a Benidorm y Torrevieja desde la estación del AVE, el sector se frota las manos en la provincia vecina por el tirón de la alta velocidad y del aeropuerto de El Altet. Si cae a plomo la cifra de pasajeros de San Javier, y aumentan a la vez los turistas extranjeros en la Región, es precisamente por la masiva llegada a través de El Altet de adinerados visitantes nórdicos y rusos, que también empiezan a recalar en la Costa Cálida. Mientras, el aeropuerto de Corvera, que podría estar abierto de haberse gestionado mejor su particular situación, permanece cerrado y seguiremos dependiendo del efecto rebose del aeródromo alicantino. Además de un vuelo directo a Moscú, El Altet tendrá desde junio otro a San Petersburgo. El turista ruso hizo hace pocos años su entrada por Cataluña, pero los expertos observan un saturamiento en esa comunidad y un desplazamiento hacia el sur porque huyen del modelo de Lloret de Mar. En Alicante ha crecido un 40% el flujo de rusos, que se dejaron más de mil millones en la compra de 4.500 viviendas durante los últimos tres años. El fenómeno es similar con los nórdicos, que vuelan desde ocho aeropuertos a Alicante. Es tal el impacto del turismo procedente de esas frías latitudes que se suceden las nuevas promociones inmobiliarias en la Costa Blanca, con unas mil viviendas en construcción solo en Torrevieja. Al nuevo consejero Juan Carlos Ruiz no le faltará trabajo. Cerrado su equipo, es hora de que concrete qué va a hacer y qué recursos dedicará al turismo regional. Estos días repite, muy razonablemente, que Paramount no es la solución, sino la guinda. ¿Pero de qué pastel hablamos? Pasa el tiempo volando y las oportunidades, también.