Del «no me he sentido español ni cinco minutos en mi vida», que dijo Fernando Trueba al recoger el Premio Nacional de Cinematografía, hemos pasado al «gracias por hacerme sentir como un español más», que gritó ayer Nikola Mirotic en Madrid ante el entusiasmo de los seguidores que festejaban el triunfo en el Eurobasket. Trueba, un buen cineasta, aclaró ayer que su intención era pronunciar un discurso divertido: «Es como las películas, a veces intentas hacer una comedia y te sale un drama». Aunque la gracia no apareció por ninguna parte de su intervención, Trueba no se merece la hoguera, como nadie que exprese una opinión. Pero debería mirárselo. En sus palabras subyace algún complejo histórico demasiado extendido. Mirotic carece de él. Su agradecimiento fue mucho más sincero y divertido.