Tú (no) justificas mi existencia
Me siento en la terraza del restaurante igual que si me hubiera convidado un líder terrorista a su humilde morada. Nerviosa. Incómoda. Acojonada. Un camarero se me acerca y pregunta si espero a alguien. Hago acopio de valor y lo suelto: —No. Estoy sola. El chico frunce los labios como diciendo «entiendo», pero yo no […]