Y fueron felices, con o sin perdices
Se quejaba el otro día un anciano en una cafetería de que la Meghan era mayor, divorciada y mulata. La llamaba «la negra» y a Harry lo apodaba «el pelirrojo». —Los tiempos están cambiando, señor —le dije—. Por suerte. La boda fue muy Disney, pero con una vuelta de tuerca: el paseíllo sola en guiño […]