Los millennials no estábamos muertos (tampoco de parranda)
Esta tarde, antes de emprender mi famosa siesta de dos horas y media —típica de época estival y totalmente involuntaria, además de justificable por el madrugón diario, que yo nunca pillo vacaciones… basta de excusas, mi gloriosa SIESTA, la baba en la almohada, alegría, la siesta, el néctar de la vida, el mejor momento de […]