Un nuevo medicamento contra la depresión en adultos, el Pristiq, promete menos efectos secundarios en general y, lo más revolucionario y atractivo, garantiza casi al 100% que no altera la función sexual. La competencia del Prozac genera, no obstante, cierto escepticismo entre los psiquiatras. Especialistas murcianos ya han comenzado a recetarlo.
Justo cuando se cumplen 25 años del Prozac -parece que fue ayer-, el medicamento que revolucionó para bien el tratamiento de las depresiones porque anuló en gran medida muchos de los temidos efectos secundarios que hasta ese momento lastraban la calidad de vida de los enfermos, el mundo de la psiquiatría asiste expectante a la llegada a las farmacias de una nueva pastilla de la que algunos gurús americanos de bata blanca hablan maravillas, pero cuyos beneficios “revolucionarios” -como quieren venderla- todavía están por confirmar, al menos en España, donde se ha puesto a la venta recientemente. Se trata de la desvenlafaxina, principio activo comercializado bajo el nombre comercial Pristiq, avalado por los todopoderosos laboratorios Pfizer; sí, los mismos que hace años inventaron el Viagra como remedio contra la disfunción eréctil, o sea, la impotencia sexual masculina.
Esta novedosa medicina en España, que lleva ya varios años dispensándose en las boticas norteamericanas, posee un mecanismo de acción dual, ya que es un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina y noradrenalina. Diversos estudios ponen de relieve que Pristiq “resulta eficaz en el tratamiento del trastorno depresivo mayor a corto y largo plazo y mejora significativamente las formas en que se manifiesta la ansiedad y los síntomas emocionales y físicos de la depresión”, según destaca la compañía farmacéutica. Sin embargo, psiquiatras de todo el mundo se muestran escépticos con las bondades propagadas por Pfizer, y no debido a que piensen que son falsas, sino porque prefieren ser cautos y esperar a ver los resultados tras aplicar el tratamiento a un número suficientemente amplio y significativo de pacientes.
Sin duda, el principal atractivo comercial del Pristiq tiene relación con el sexo. Pfizer garantiza una baja incidencia de efectos adversos sobre la función sexual, una de las consecuencias que generan mayor rechazo en los pacientes que se someten a terapias antidepresivas. Y además, aseguran los creadores de la pastillita azul, no engorda, “no se asocia con cambios significativos en el peso a corto o largo plazo”.
El pasado 17 de septiembre, un especialista estadounidense, el doctor John L. Fleming, participó en un simposio organizado por Pfizer en Madrid para exponer su experiencia clínica con la aplicación de desvenlafaxina como principal arma terapéutica en personas aquejadas de fuertes depresiones. A la conferencia acudieron psiquiatras de todo el país, entre ellos tres facultativos de hospitales de la Región de Murcia, que ya han comenzado a recetar, a probar el medicamento. Estuvieron invitados los doctores Francisco Toledo, médico adjunto del Servicio de Psiquiatría del Virgen de la Arrixaca; Mateo Campillo, jefe de Psiquiatría del Morales Meseguer, y Carlos García Briñol, responsable de la Unidad de Agudos del hospital Santa Lucía de Cartagena.
Fleming puso por las nubes el rendimiento del Pristiq, pero solo el tiempo dirá si sus optimistas palabras se traducen en hechos constatables. Entonces, ¿Prozac o Pristiq? Los expertos se pronunciarán.