Un negocio encarrilado
– ¡Pepe! ¡cabrón! ¿Cómo estas? ¿Tienes tiempo para hablar con un amigo?
– Hombre compadre para ti siempre. ¿Qué se te ofrece?
– Mira acabo de llegar de un simposio de esos donde no tengo más remedio que ir y dicen que el futuro está en la bicicleta. Ya sabes que eso para mi es una gilipollez pero es que dicen que sino las ciudades van a reventar con tanto coche y contaminación.
– Si. Es el rollo de moda: el calentamiento global del que todo el mundo habla, pero lo que estos pájaros no saben es que pedaleando no funcionan los negocios.
-Ya, ya. Sé lo que piensas porque nosotros somos gente seria, pero mira ahora se trata de agradar a los imbéciles.
– Vale pues dime en que te puedo servir.
-¿Tú podrías decirle a alguno de tus socios que monte un modelo de bicicleta para circular por los carriles bici que se van a hacer? Serían bicicletas para alquilar.
-Hombre, eso es complicado. Montar bicicletas eléctricas o de pedaleo asistido es caro y además tienen que estar homologadas.
-¿Pero que dices? ¿Eléctricas? ¿Homologadas? Yo lo que quiero son cuatro hierros con sus dos ruedas y que se parezca a una bici. No hace falta alumbrado. Si acaso una bombilla detrás para que nadie proteste.
– Vale eso es otra cosa. Claro que se puede hacer y te puede salir además por menos de 50 euros la unidad, si haces mínimo 1.000 bicicletas.
– Bien, bien ya sabía yo que podía contar contigo. Lo importante es que lleven un espacio grande para colocar la publicidad de empresas que estén dispuestas a pagar por anunciarse.
– Jo eres un máquina, todo el mundo lo dice. Todo lo que tocas lo conviertes en oro.
-Gracias amigo, pero la cosa es urgente. Vete preparando la factura cuanto antes para poder poner en marcha la adjudicación del contrato y darle caña en la prensa. Y que sea por valor de 500.000 euros.
– Tío, 500.000 euros parece mucho. ¿ No ?
– Si sabes que tenemos el amparo del Espíritu Santo. Tú hazme caso y despreocúpate, las perras son cosa mía y ya sabes que te debo una.
¿Ficción o realidad? Lo cierto es que la corrupción, ni se crea ni se destruye, se transforma.