Con tantas elecciones y con esa nueva forma de hacer política, el crimen organizado y también el desorganizado está en auge. Los políticos, que ya no buscan la eficacia y menos aún la eficiencia, se disputan ahora los favores del electorado mediante el juego de la seducción. Esta seducción se sirve de los medios de comunicación y también de las redes sociales donde todo vale, incluso la mentira y las verdades a medias. Contratan asesores y especialistas carísimos que analizan lo que gusta, lo que emociona y lo que divierte al gran público e invierten lo que haga falta en dar visibilidad a todo aquello que agrada y vende. (En murcia por ejemplo: flores por doquier y no, no convencen solamente a la gente ignorante sino especialmente a los que viven en una burbuja de bienestar y que prefieren negar otras realidades)
Mi querido barrio de destino forzoso, donde muchos vecinos (no todos por supuesto) han descubierto que es más lucrativo vender droga que vender género lícito en los mercados, se ha convertido en un auténtico videojuego. En él, se permite todo tipo de conducta incívica y toda clase de trueque droga/demencia/muerte.
En unos pocos meses, este juego descontrolado ha subido de nivel.
Aprovechando que no les conoce nadie, unos cuantos filibusteros extranjeros, que no tienen nada que perder y que han de sobrevivir en nuestro democrático país, han encargado a los narcos del barrio una sustanciosa cantidad de coca. Se han armado hasta los dientes y, recortada y arma blanca al cinto, han ido a recoger el pedido, con alevosía y nocturnidad. Amenazando a la tribu, sin darle tiempo a reaccionar, con cortar o abrir boquetes en las cabezas de los allí presentes, se han llevado una valiosa mercancía que, con el asalto, les ha salido gratis.
El avispero está removido. ¿Si ahora los malos no respetan las reglas comerciales, qué va a pasar con el negocio y a quién van a poder recurrir?
Se ha declarado la guerra pero ustedes los políticos sigan izando banderas, con sus sonrisas y sus mentiras, a ver si con un poco de suerte los que no os rentan en votos se aniquilan entre ellos.