Tapa y caña elevado al máximo exponente. Así se resume mi viaje a Granada. Y es que después de mucho tiempo sin poder hacer ninguna escapadita, por fin tuve tiempo y, sin pensarlo ni un momento, para allá que nos fuimos. Eso sí, tuvimos que reservar con muchísimo tiempo para poder coger sitio.

No conocía Granada y solo había oído cosas buenas de allí y la verdad es que no me decepcionó en absoluto, aunque una cosa tenía clara: iba a descansar, no para volver necesitando otras vacaciones. Así que un poco de turismo y comer todo lo que pude y más, es lo que hice durante los tres días, excepto el último que me fui a esquiar.

Ya me lo dijeron: “si vas a Granada, vuelves”. Ya estoy pensando en el siguiente viaje para volver porque, desde luego, no he encontrado un sitio donde se respire mejor ambiente. Además, durante esta época la ciudad está preciosa con todos los adornos de Navidad, sobre todo por la noche. Aquí dejo algunas fotitos del viaje. Los looks y Sierra Nevada, en el próximo post.

¡Un beso muy grande!