¿Qué esperas de alguien cuando le das un regalo?
El otro día publiqué una foto en instagram porque me regalaron los Reyes Magos un aerochino para hacer crema con el café Nespresso y estaba emocionadísima
Me escribieron por privado diciéndome que daba gusto ver mi cara de felicidad porque vaya chasco da ver las caras de ‘what’ cuando a alguien no le gusta un regalo, o lo que es peor cuando le gusta pero es completamente inexpresivo. Me puse a pensar en este tema…
Con el tiempo te vas dando cuenta de que cada uno es como es, pero como yo soy tan expresiva y agradecida con los regalos, cuando te gastas una pasta, o peor, tu tiempo para elegir el regalo para alguien y esa persona al quitar el precinto pone la misma cara que cuando le pones una sopa, piensas: “La próxima vez, una Wonderbox para todo el mundo y listo”.
A todos nos han hecho regalos que no nos gustan o amigos invisibles que han sido un fracaso. Por eso existen los ticket regalo…
El otro día leí un post que decía algo como… “¿Cómo te has acordado de esto? Porque te escucho”. Esa es la clave, y no el dinero que te gastes. Una pulsera de 3 euros a veces es mucho más acertado que un móvil de 400. Fastidia mucho más que te regalen algo que demuestra que no te conocen en absoluto; es como regalar dinero…
Supongo que lo de ir mandando mensajes subliminales tampoco me gusta, porque convierte el momento de hacer el regalo como en una obligación. Y se pierde ese sentido de detalle desinteresado que tuvo en un principio el hecho de hacer un regalo. Lo hemos convertido en un ritual que te provoca más ansiedad que otra cosa, cuando no sabes qué regalar y terminas regalando lo que crees que le va a gustar a esa persona más que lo que te gusta a ti y encima cuando te equivocas piensas: ¡Yo en la vida habría comprado eso!
Lo mejor: comprar algo pensando en la otra persona pero con tus propios gustos porque al final un detalle dice mucho más del que regala que del regalado. A mí si me regalan algo que no es exactamente de mi estilo -salvo excepciones-, me lo pongo igual y al final te das cuenta que hasta te gusta. Y si no es así, con toda la confianza del mundo lo devuelves. Pero por favor, POR FAVOR, pongamos cara de ilusión cuando la gente tiene estos detalles, que es una de las pocas cosas que el COVID no nos puede quitar.