Vivir con prisas o morir de desesperación
Todavía me acuerdo la primera vez que volví a Murcia después de pasar una larga temporada en Madrid. Fui a ver a una amiga a la playa y nos sentamos en un chiringuito a pedir un café y de mi boca salió un: “Madre mía qué pesados, ¿no? Están tardando un montón” Mi amiga me […]