Desde que llegué a Madrid por primera vez una compañera me recomendó este salón y desde entonces siempre que estoy allí me paso a que me arreglen mis particulares destrozos que pasan por abusar demasiado de las planchas o secadores, retocar el color y me doy algún que otro tijeretazo. Y allí siempre me reciben con un abrazo, mucho cariño y sobre todo, MUCHO MUCHO TALENTO. Ya os hablé de Blow Dry Bar en anteriores post cuando empecé a hacerme la balayage en mi incansable búsqueda del rubio perfecto.
Y, bueno, cada vez que estoy en Madrid es una parada obligatoria y Danielle me hace un huequito para hacer lo que os enseño en el vídeo de abajo. ¡Hasta el próximo post!
Ver esta publicación en Instagram