Sea como sea, un descanso con unas amigas tomando un mojito con vistas a la playa (aunque sea en estos complicados momentos para el Mar Menor) siempre te cura un poco. El caso es que la cuesta de septiembre va a ser más alta que nunca porque además nos reincorporamos a las oficinas tras más de un año de teletrabajo, con lo que ello supone: hacer mudanza, alquiler de piso, etc…
Comienza la realidad pero todavía no… mientras siga estando el Chinguirito de los Narejos y sigan habiendo cosas que curar…