Básicamente son unos leggings de toda la vida pero en vez de ser largos hasta el tobillo o por debajo de la rodilla, el corte es como el de los ciclistas -acaba a mitad del muslo o un poco por encima de la rodilla- de ahí su nombre. Personalmente me parece una idea buenísima -aunque no abriguen mucho para invierno-, lo que inicialmente era una prenda para hacer deporte con un crop top ajustado, terminó metiéndose en los looks de calle: por debajo de un vestido ancho corto, por debajo de una camisola y un chaleco o con una camiseta y una blazer.
Me parece una idea muy acertada sobre todo para aquellas camisas y camisolas anchas que te encantan pero se quedan un poco cortas, con las que normalmente te ponías unos shorts debajo por si te agachabas para que no se viera nada… pero que el efecto no te gusta porque parece que no llevas nada: aquí es donde los leggings ciclistas quedan chulísimos, porque se ve un poco el filo.
Se pueden encontrar en casi cualquier tienda a buenos precios y quedan bien con un montón de cosas porque son negros. Yo los he combinado con este chaleco vichy de Mambú que me encanta y viene muy fuerte esta temporada. Espero que os guste. ¡Hasta el próximo post!