>

Blogs

Antonio Arco

Una palabra tuya

Y el mono Amedio

15 de mayo de 2016

(Que lo vaya dejando en paz, que él por el momento no le ha tocado las narices a nadie)

Pepe H / Nacho Rodríguez

A ver qué gran putada a todas luces hiriente le ha hecho el mono Amedio a la doña llamada Rosalía Martín, que coordina IU en Almería y que no parece loca de contenta, ni siquiera medio satisfecha teniendo en cuenta que a la fuerza ahorcan los votos que se van tan campantes a la derecha, con el acuerdo ligerito de profundidades al que ha llegado su veterana formación con los recién paridos de Podemos, fruto de cuyo parto ‘in extremis’ ha nacido para aspirar a la gloria Unidos Podemos.
Resulta difícil imaginar, conociendo al mono Amedio como lo conocemos todos, que le haya podido hacer algo de mal gusto a doña Martín para que ésta se refiera a él en tono despectivo, con desdén, con un deje un tanto insultante y nada piadoso, como perdonándole la vida al mono Amedio, no sé si por el hecho de ser un mono no proletario o porque tiene constancia confirmada de que milita en otro partido.
No, no parece que sienta por el mono Amedio mucha simpatía, ni en ningún caso que sea su ídolo o su fuerza motriz, pero de lo que sí da la impresión es de que a ella el mono Amedio, por lo que sea, no le hace tilín.
Se ha referido al mono Amedio con muy poco decoro y respeto constitucional, incluso de modo prepotente, nada marxista en cuanto a la apuesta por la solidaridad entre los más desfavorecidos, y lo ha hecho para referirse en primera instancia, con nulo buen gusto, amplios prejuicios y sin el necesario respeto al exjefe del Estado Mayor de la Defensa José Julio Rodríguez, a quien sus nuevos compañeros de aventuras y coalición, con Pablo Iglesias a la cabeza puesta íntegramente en que no peligre su liderazgo, quiere situar de número 1 al Congreso por la ciudad cuya belleza cantó Manolo Escobar. Ella sabrá sus cosas con IU, con Podemos, con ambos a la vez y con el hecho de que no siempre salen las cosas como nos gustaría, pero al mono Amedio que lo vaya dejando en paz, que él por el momento no le ha tocado las narices a nadie, políticos incluidos, mereciéndoselo como se lo merecen tras el fracaso con el que han terminado brindando por sus vergüenzas, ahora todavía más al aire de los nuevos tiempos: tan pronto tan viejos.
Este es el país al que acaba de aterrizar Unidos Podemos, a cuyos estrategas ya les adelantó yo que no les va a votar la condesa viuda de Romanones, que sigue viva y no me pregunten por qué, y a la que Podemos, así, a solas, sin haberse producido todavía el abrazo de la serpiente con Alberto Garzón, le daba ‘miedo’.
Y he aquí también a un juez llamado Salvador Alba, nacido para que fortalezcamos nuestra debilitada fe perdida en la Justicia –que se gestiona, según reconoce el muy respetado magistrado Joaquín Bosch, sobre «un sistema penal muy duro con la pequeña delincuencia y bastante benigno con la de guante blanco»–, que no siempre utiliza el lenguaje del Derecho Romano a la hora de explicar cuáles son sus nada bien intencionadas intenciones. «Esto tengo que terminarlo cagando leches», dijo, por lo visto poseído por el espíritu de Petrarca, en el marco de una conversación que –sigamos con Petrarca– deja a su señoría con el culo al aire y demuestra que –todo presuntamente– actuó de mala fe contra su colega de profesión Victoria Rosell, la magistrada que decidió ir en las pasadas elecciones en las listas de Podemos a la Cámara Baja.
No parece que terminar las cosas ‘cagando leches’ sea la forma más conveniente, ni provechosa, de hacerlo, aunque es cierto que, en demasiadas ocasiones para mi gusto, y para el bien común de este país, es de ese modo del que entran ganas de salir corriendo, aunque sea a recorrer, en plan Marco y a bajo coste, ese mundo que va de los Apeninos a los Andes; vamos, suponiendo que a la doña le parezca bien el itinerario.
Me gusta lo que dice que hace el camerunés que aparece en «Partir», de Tahar Ben Jelloun, con el fin de intentar atraerse la buena suerte, que tanta falta nos hace. Cuando se va dice ‘llego’, y cuando deja a alguien proclama «estamos juntos». Se trata de negarte a darlo siempre todo por perdido, se trata de elegir muy bien tus planes y apostar por ellos. Desde a quién votar a para cuándo lanzarse a vivir lo mismo que experimentó Sue Hubbell, pasar ‘Un año en los bosques’ para aprender de los misterios que anidan, no entre sus árboles, secretos y hermosuras, sino en nuestro interior azuloscurocasinegro.

Temas

Otro sitio más de Comunidad de Blogs de La Verdad

Sobre el autor

Junto a una selección de entrevistas y críticas teatrales, el lector encontrará aquí, agrupados desde enero de 2016, los artículos de Opinión publicados los domingos en la contraportada de ‘La Verdad’, ilustrados por el fotógrafo Pepe H y el publicista y diseñador gráfico Nacho Rodríguez. Antonio Arco estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural y crítico teatral, una selección de sus trabajos periodísticos se recoge en los libros de entrevistas ‘Rostros de Murcia’ (1996), ‘Mujeres. Entrevistas a 31 triunfadoras’ (2000), ‘Monstruos. Entrevistas con los grandes del flamenco’ (2004), ‘Sal al Teatro. Momentos mágicos del Festival de San Javier’ (2004) y ‘¿En qué estábamos pensando? (Antes y después de la crisis. Entrevistas con filósofos, poetas y creadores)’ (2017). Finalista de los premios ‘La buena prensa' 2016.


mayo 2016
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031