>

Blogs

Antonio Arco

Una palabra tuya

Que gane el mejor

22 de mayo de 2016

(El Barça se la juega frente a un Sevilla que está hecho un toro español de los de dar la vuelta al ruedo en La Maestranza)

Pepe H / Nacho Rodríguez

Como hoy habrá pitada al himno español en el Vicente Calderón y no todos los cuerpos tendrán el ánimo para gritar ‘¡viva el Rey!’, conviene recordar lo que dijo, aunque sea para discrepar democráticamente, Johan Cruyff antes de guardar silencio para siempre. Y acudo a él porque es, sin duda, una de las más universales leyendas del Barça, que se la juega frente a un Sevilla hecho un toro español de los de dar la vuelta al ruedo en La Maestranza. Sostenía el holandés que les falta un tornillo a los que pitan el himno español, lo cual, de ser cierto, implicaría un grave problema de salud mental a gran escala, que sería justo lo que nos faltaría en estos precisos momentos en los que ha vuelto a resurgir Aznar de entre las sombras del pasado para arrearle otra vez con la cachiporra, y sin piedad, al que sigue en funciones y abonado al ‘yo, sigo’, Rajoy.
Claro que a saber lo que pasa con la pitada, como símbolo maleducado de protesta, una vez que la Justicia ha venido a poner en evidencia el desatino nada inocente de la delegada popular del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, que con su intención de prohibir las esteladas en la simbólica final de la Copa del Rey quería mandar a paseo el derecho a la libertad de expresión y a sentir lo que a cada uno le dé la real o republicana gana, siempre que no se atente contra la legalidad vigente y se prescinda de los buenos modales, que son muy útiles a la hora de evitar que se nos caliente el morro porcino y nos liemos a mamporros.
Ni la Justicia le ha dado la razón a Dancausa, que quería ser aclamada entre los suyos como si de Mister Marshall se tratase, ni el mismísimo Marc Gasol aprueba las palabras del holandés, ya que opina desde sus alturas que «silbar es una manera de expresarse pacíficamente». Claro, y con mucho cariño. En ese sentido, otra posibilidad de expresarse pacíficamente, sin ofender a nadie de bien ni a nadie de paz, podría ser tocar la corneta, las maracas o la siempre bien dispuesta flauta travesera.
También en su día, Xavi Hernández, ahora en Catar hecho un marajá, salió a intentar meter un gol en la portería que da paso al terreno de la sangre caliente, tan peligroso, diciendo que «habrá que ver también el porqué de la pitada». Pitada que no es que venga produciéndose en la Real Academia de la Lengua, sino en un campo de fútbol, al que, según Philip Kerr, se acude, entre otras cosas, «para dejar de pensar en Siria, en el paro y en el lunes». Nada que objetar a las palabras del escritor, salvo que no creo yo que Siria, su sangre derramada ante la indiferencia internacional y sus miles de familias de refugiados pidiendo humanidad en nuestras fronteras, causen problemas de insomnio a las aficiones españolas.
A ver, siempre que no se exhiba con afán propagandístico ningún símbolo nazi, ni cualquier otro que dispare directamente en el corazón de los derechos humanos y de los valores democráticos, pues como si los seguidores del Barça, o del club que sea, acuden al campo portando castañuelas, rubíes, sombreros con adornos frutales a lo Carmen Miranda, capotes de grana y oro, ositos de peluche o iguanas enanas, siempre claro está que tengan sus papeles en regla. Que lleven lo que quieran pero que nadie se pase de la raya que marca el civismo y, no digamos ya, el Código Penal. Tonterías, ni una.
Lo que sí les pediría yo amablemente a todos los amantes del fútbol, incluidos el propio monarca, dirigentes políticos, militares y religiosos y, por supuesto, el president catalán, Carles Puigdemont –que ha aprovechado el hecho palpable de que se lo han puesto a huevo para tirar de victimismo facilón y de lamentaciones de Jeremías trasnochadamente independentistas–, es que no dejen el campo sembrado de cáscaras de pipas o pistachos, ni que a ser posible porten calcetines blancos, ni empujen al entrar o salir de los lavabos, ni nombren para desacreditarla sin conocerla de nada a la madre del árbitro, ni pierdan el sentido del humor, ni se olviden de que si hay algún espíritu que nos conviene no contrariar es el deportivo: que gane el mejor.

Temas

Otro sitio más de Comunidad de Blogs de La Verdad

Sobre el autor

Junto a una selección de entrevistas y críticas teatrales, el lector encontrará aquí, agrupados desde enero de 2016, los artículos de Opinión publicados los domingos en la contraportada de ‘La Verdad’, ilustrados por el fotógrafo Pepe H y el publicista y diseñador gráfico Nacho Rodríguez. Antonio Arco estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural y crítico teatral, una selección de sus trabajos periodísticos se recoge en los libros de entrevistas ‘Rostros de Murcia’ (1996), ‘Mujeres. Entrevistas a 31 triunfadoras’ (2000), ‘Monstruos. Entrevistas con los grandes del flamenco’ (2004), ‘Sal al Teatro. Momentos mágicos del Festival de San Javier’ (2004) y ‘¿En qué estábamos pensando? (Antes y después de la crisis. Entrevistas con filósofos, poetas y creadores)’ (2017). Finalista de los premios ‘La buena prensa' 2016.


mayo 2016
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031