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Antonio Arco

Una palabra tuya

¡Eh, Cándela Peña, quédate!

LA OBRA.  Título: ‘Los vecinos de arriba’. Autor: Cesc Gay. Intérpretes: Candela Peña, Pilar Castro, Andrew Tarbet, Xavi Mira. Dirección: Cesc Gay. Escenografía: Alejandro Andújar. Iluminación: Carlos Lucena. Representación: Auditorio Parque Almansa de San Javier, viernes 12 de agosto de 2016. Calificación del espectáculo: Muy divertido.

Imagen promocional

Con Candela Peña, actriz, pasa algo curioso, punto caníbal incluido: querías comértela enterita cuando apareció en su primer gran éxito cinematográfico, ‘Hola, ¿estás sola?’ (1996), el debut detrás de las cámaras de Iciar Bollaín, y te la sigues queriendo comer, también enterita, justo veinte años después. Qué actriz-animal tan fantástica, con qué dominio apabullante es capaz de manejarse con la misma soltura en el humor que en el drama, en la carcajada que en el escalofrío; cómo te divierte, cómo te emociona, que difícil resulta no caer rendido ante el manejo de sus armas: la ingenuidad, la cólera, la ternura, la fortaleza, la humanidad servida –en todo su esplendor y su complejidad– con una naturalidad que te zarandea. Si está Candela Peña, ya se sabe que la cosa promete.
En 2003, por su trabajo imponente en ‘Te doy mis ojos’, de nuevo con Iciar Bollaín, recibió el primer Goya de su carrera a su labor como actriz de reparto. En 2005 logró el Goya a mejor actriz protagonista por ‘Princesas’, de León de Aranoa. En 2012, esta actriz cuyo rostro es capaz de reflejar con un solo gesto un poema de Blas de Otero o una canción magnífica de Manu Chao, fue merecedora del que sería su tercer Goya, también como actriz de reparto en ‘Una pistola en cada mano’, uno de esos buenos trabajos que Cesc Gay suele regalarnos sin apenas hacer ruido: cálidamente, de tú a tú. Esas películas protagonizadas por gente normal, a la que le pasan cosas normales –ay, el desamor, la decepción, el miedo al futuro…–, que se disfrutan con nuestros anhelos y corazones heridos muy atentos a la pantalla.
Si hablamos de Candela Peña, está claro: he aquí toda una actriz de cine con mayúsculas, como ha vuelto a demostrar –da igual que sea en una película tan coral– en la última deliciosa travesura de Paco León como director: ‘Kiki, el amor se hace’. Eso es, ¡de cine!, porque el teatro de texto, en condiciones, cara a cara con el público, no lo había experimentado en sus carnes hasta el bendito día de hoy, en el que, guiada por el buen tino y el mimo con el que Cesc Gay conduce a sus actores, protagoniza la comedia con la que el catalán se estrena por partida doble: como dramaturgo y como director de escena. Qué tío: saliendo por la puerta grande, metiéndose al público en el bolsillo y demostrando su pulso firme para diseccionar nuestros desengaños, miedos y esperanzas cotidianos, también con naturalidad y dejando fluir, sin aspavientos, su talento para construir diálogos y la credibilidad de carne y hueso con la que suele revestir a sus personajes; tan gratificantemente cercanos.
Candela Peña ha tenido suerte: por el cuidado artísticamente montaje en el que ha caído de pie, rodeada de unos estupendos compañeros. Qué gran trabajo hace Xavi Mira (Luis), qué frescura derrocha Andrew Tarbet (Brian), con qué encanto y elegancia afronta Pilar Castro (Laura) su personaje. Y también por el personaje al que ella da vida, Ana: esa mujer derrotada por la monotonía, infeliz en un matrimonio que se desmorona a ritmo de una pertinaz lluvia de reproches y soledades, medicada y a punto de que un inesperado vendaval la arrastre sin rumbo como a una frágil hoja; una mujer que desespera por sentirse querida y deseada.
Sin duda con ecos del insuperable drama de parejas que es «Quién teme a Virginia Woolf», aunque con infinitas menos dosis de crueldad, y de la exitosa comedia de Yasmina Reza ‘Un dios salvaje’, si bien aquí ambos personajes femeninos no se tiran los trastos a la cabeza, sino que se unen en su defensa del derecho a ser felices y a sentirse libres, ‘Los vecinos de arriba’ se zambulle de cabeza en la crisis de pareja, sin eludir el dolor y el vértigo que se va fraguando en quienes pronto se tendrán que enfrentar a la ruptura, y lo hace apostando por un derroche de humor y de ironía que se recibe con gusto. Te ríes con ganas, te ríes con razón, pero eres consciente de que en cualquier momento se desatará una tormenta que podrá dejarte helado el corazón. Los vecinos de arriba –Laura y Brian– son unos cachondos perdidos –literal– que acuden a la casa de sus vecinos de abajo, felices como castañuelas, con la intención de llevárselos crudos a la cama. Ni de coña: todo se desmorona. Dicen que Candela Peña dejará en breve esta función. Joder, Candela, ¡no lo hagas!

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Sobre el autor

Junto a una selección de entrevistas y críticas teatrales, el lector encontrará aquí, agrupados desde enero de 2016, los artículos de Opinión publicados los domingos en la contraportada de ‘La Verdad’, ilustrados por el fotógrafo Pepe H y el publicista y diseñador gráfico Nacho Rodríguez. Antonio Arco estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural y crítico teatral, una selección de sus trabajos periodísticos se recoge en los libros de entrevistas ‘Rostros de Murcia’ (1996), ‘Mujeres. Entrevistas a 31 triunfadoras’ (2000), ‘Monstruos. Entrevistas con los grandes del flamenco’ (2004), ‘Sal al Teatro. Momentos mágicos del Festival de San Javier’ (2004) y ‘¿En qué estábamos pensando? (Antes y después de la crisis. Entrevistas con filósofos, poetas y creadores)’ (2017). Finalista de los premios ‘La buena prensa' 2016.


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