Nuestra casa
Se respiraba Navidad. En casa, tu casa, nuestra casa durante unas horas, descansaban las viejas zapatillas de un hombre cansado, llenas de presentes: “Los Reyes se han adelantado”. Y esas pequeñas cosas me hacían sonreír. Tus ojos brillaban al mirarme abrir los regalos: esta es mi niña, criatura insaciable. Pero el mejor regalo siempre llegaba […]