Urralburu está bueno. De hecho, es el único candidato a presidente de la Región de Murcia con un IFM (Índice de Follabilidad Masculino) aceptable. Con esto, no digo que votéis a Podemos. Sólo que hoy que toca votar me apetece meterme con la estética tan aburrida de los políticos. Hasta Urral es bastante conservador en su aspecto. El otro extremo es Pablo Iglesias, alias el coletas. Tampoco es eso. Si tuviera un novio con el cabello largo no resistiría la tentación de hacerle el brushing ochentero, las ondas imperfectas, o tirabuzones y caracolillos. Como si fuera mi muñeca Nancy de toda la vida pero con más pelo en todas las partes de su cuerpo. Y, ojo, que yo sé convencer a un hombre de hacer cosas inverosímiles. Vamos, que lo menos que he conseguido de algunos chicos es aplicarle el anti-ojeras, la base de maquillaje y hasta un poquito de rimmel.
Pero a lo que iba. Yo estoy algo harta de estas elecciones porque, salvo Rosa Díez, no veo mujeres por ningún sitio, sólo en las candidaturas de algunas alcaldías y esto sí que no lo podemos consentir en pleno siglo XXI. Además, lo dicho, que ellos van todos de uniforme. Camisa blanca, con o sin corbata, pantalones oscuros; o denim, o los clasicazos de toda la vida con pinzas. No he visto una chaqueta siquiera color camel.¡¡Pero a dónde iremos a parar!! Nos mataréis a todos de aburrimiento. ¡Cuánto daño están haciendo los asesores de imagen y de protocolo!. Los ponen a todos a dieta, los uniforman. Y Punto pelota.
Vivimos una España bipolar. La gente del pueblo está cabreada pero sabe divertirse. La gente del pueblo: o sea, usted y yo, a veces nos ponemos vaqueros, chaquetas informales y camisas con algún detalle que rompe la monotonía de la tela lisa, blanca, inmaculada sobre el cuerpo.
Queridos míos, sois más sosos que una mata de habas, que unas lentejas sin chorizo, que un pedo de Candy Candy.
Esta campaña electoral se ha caracterizado porque hemos tenido a los candidatos más en la calle que nunca pero ha faltado ese punto coloquial en la vestimenta. Uno no se puede ir a ayudar a los pescadores a faenar, querido Pedro Antonio, y no quedarse en mangas de camisa ni arremangarse un poco. Voluntad le has puesto pero te ha faltado ese punto castizo y deshinbido. Y Urralburu, tú que tan bueno estás, no te hemos visto jamás en camiseta y, eso sí, todo de marca, de la cabeza a los pies y siempre como un pincelico. Si es que ni te has despeinao. Ya te digo, hijo. Ni las greñas de tu compi, ni ese impoluto ser y estar. Que siempre parece que acabas de salir de la tintorería. De González Tovar defiendo sus canas. No entiendo el afán que tienen algunos por teñirse cuando el pelo blanco da luz a la cara y suaviza las facciones. Pero en la vestimenta, tres cuartos de lo mismo. No salimos del traje chaqueta si nos matan. Y de los otros que quedan no digo nada porque me repetiría y mi lema es no aburrir.
Ahora que se avecinan tiempos movidos, interesantes y plenos de retos y desafíos os propongo, aquí y ahora, que nunca abandonéis el sentido lúdico de la vida. Se puede ser un político honrado y trabajador (según mi abuela Micaela, así tenía que buscarme yo los novios) y no perder esa vidilla, esa chispa, ese fuego y esa pasión que se presume de personas como vosotros, entregados a una vocación. A ver si este verano os veo a alguno con bermudas.