Bueno, ya casi estoy, porque presumo que cuando leáis este post, yo ya estaré de viaje hacia la capi. Ha llegado el día y ¡yo tengo fuerzas! Y lo que es más importante,ganas, muchas ganas.
Llevo una maleta ligera -viajo en tren para un sólo día-, pero abarrotada. No he querido dejarme a nadie. Cuando empecé esta odisea no estaba sola, contaba con el apoyo y el cariño de muchas personas; familia, amigos, compañeros, vecinos y demás. Pero poco podía imaginar que, unos meses después, y llevada por mi necesidad de contar lo que pensaba y sentía, a ese afluente de cariño se iban a sumar tantas y tantas personas desconocidas, hasta crear un gran río lleno de fuerza, coraje, ánimo, cariño y tantos buenos deseos hacia mi, que la palabra gracias se queda corta en la respuesta.
Pues sí, venís todos conmigo, y os llevaré hasta el Palacio Vista Alegre, donde tendrá lugar a las 20 horas la entrega de ‘diplomas’. Esta noche se dará un expediente X, ya lo veo, cuando todos miren hacia arriba y se queden boquiabiertos por el espectáculo. Un gran cielo de luciérnagas cubrirá el techo, pequeños leds que darán color y alegría al ambiente, iluminando respetuosamente nuestras miradas.
Allí estaréis, todos; iris, masca, carlos, sabela, raquel, maria antonia, lola, vto., paula, ana, angels, maria josé, mayo, rosalía, lara, leona, boss, antonio, isa, joaquín (perdón, por los que no aparecen, pero la lista es tan larga), y no solos. Os acompañan los míos, mi familia; jose, mi nena, mamá, luisa, frisco, juan, isabel… y por supuesto mis ángeles de la guarda, esos que no tienen nombre porque sus sola existencia es un milagro.
Vosotros me iluminasteis en una dura travesía de oscuridad profunda, y yo hoy haré trizas el diploma, con mi imaginación, para tratar de acercaros un trocito…