Me sigo reencontrando con la realidad a cada instante. Lo hago incluso con más intensidad ahora, que he rescindido mis contratos con el pasado y el futuro. El primero ya no me es útil, no más allá de la capacidad de influir en mis decisiones que puede tener la experiencia. Con el futuro he roto porque no conozco el saldo que tengo en esa cuenta. Nadie puede decirme si es de 5 minutos, 5 ó 50 años. Así que, si no tiene nada que decirme, yo tampoco quiero hablar con él.
Y esto me pasa ahora que tengo mi Pepito Grillo particular, mi psico-oncóloga. Y vaya, si que me está dando caña el tratamiento psicológico, si. Si.
Además, y aunque parezca ingenuo, en mi declaración de intenciones para la Nueva Isabel he decidido incorporar más humanidad. Y lo siento por quienes se puedan decepcionar, pero esa voluntad no pasa por ser mejor persona, santificarme y subir a los cielos. Más bien todo lo contrario. Ahora me planteo vivir feliz con mi humanidad, que implica una existencia llena de defectos. Y cuidado, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra ¡eh!
Pensar de otra manera en una misma (primera recomendación de mi Pepito Grillo) comienza a estar bien. Además, he tenido tiempo de reflexionar durante el K.O. técnico al que me ha sometido el cansancio, después de 3 semanas cuidando de la nena; resfriado, bronquitis y virus. Es verdad que ahora percibo las cosas de manera diferente, y mi cuerpo también. Antes las sensaciones eran otras, ahora debo aprender a conocer las nuevas señales que me manda un organismo al que hemos atiborrado durante meses de medicación, radiación e interferencias externas. Un nuevo idioma, un nuevo aprendizaje por delante.
Ayer estuve en Oncología Radioterápica. Revisión 3 meses después de finalizar las sesiones:
– Le veo a usted muy bien. – Ese doctor menudo y tranquilo que te mira fijamente a los ojos y habla despacio, estaba más encantador que nunca.
– Así es como quiero estar, y seguir mucho tiempo. – Yo nunca pierdo ripio y meto siempre que puedo el deseo en el saco de otro.
– Pues lo va a conseguir. Porque la experiencia nos demuestra que, evoluciones como la suya, suelen ir a mejor.