…que son pocos y cobardes.
Este suele ser mi grito de ánimo cuando tengo que dar un paso adelante. Llevo todo el fin de semana repitiéndolo, porque este lunes 30 me incorporo de nuevo al trabajo. Y ¡puf! Tengo miedo.
Han pasado tantas cosas, y sobre todo ha pasado tanto tiempo, que no puedo evitar tener un nudo en el estómago. Así que bueno y malo, ya veremos cómo pasan los primeros días. Y por supuesto contaré.
Bueno, vamos por partes, porque llevo mucho tiempo. La experiencia de Madrid fue genial. No solo porque me permitió participar de un evento de categoría, como es La Conversación 2.0 , sino porque me permitió medir mis fuerzas después de todo este tiempo. Y es que me fui sola, me llevé hasta la capital y me mantuve allí casi 24 horas. Y pude con todo. Lo que en condiciones normales puede ser normal, en mis circunstancias me generaba dudas. Pero lo superé, paseo por la Gran Vía, Puerta del Sol y Arenal incluido, por supuesto.
Quien tenga interés en ver el vídeo de la mesa redonda, puede pinchar sobre este enlace y seleccionar el vídeo. Es la segunda sesión de la tarde.
Después me vi muy ocupada con mi nena y mi casa, el viaje a Portugal de mi marido puso una nueva prueba para mi, que finalmente también superé. Ya va siendo habitual que me enfrente, poco a poco, a situaciones de la vida cotidiana. Y suelo tener éxito.
La competición de mi querido fue muy bien porque son unos campeones, quedaron los segundos. Prueba de ello:
Quedaron subcampeones, y eso porque al final hubo que desempatar y las normas no les favorecieron. Bueno, que tenemos un ejército excepcional.
Mañana tengo cita con mi cirujano plástico. Para hablar sobre la anulación de la intervención por mi parte y tratar de llegar a un nuevo punto. Seguiré contando.
No os olvido.