>

Blogs

Isabel Franco

Yo también tengo cáncer

Haciendo músculo

Nada más lejos de la realidad que pensar que llegará el momento en que uno pueda cerrar la puerta tras el cáncer y dejar atrás todo lo vivido. Han pasado más de seis años y aquí seguimos, dando vueltas a la experiencia, a los tratamientos que parece no acabarán nunca y a los efectos que todo esto sigue teniendo en mi vida.

Músculo ante el cáncer

Ejercitando los músculos para afrontar la vida


Quizá lo menos destacado de todo, una vez que colocas cada tema sobre la mesa, sea la prolongación de los tratamientos que inicialmente iban a durar cinco años a una década. Pero es importante. Me impactó tanto la noticia que incluso me planteé muy seriamente abandonar. Dejar que mi organismo y la suerte obraran mientras huía de la bien intencionada tiranía de tanto tratamiento que me persigue durante años. Tranquilos, al final rechacé la idea por la responsabilidad que tengo hacia mi hija, y por mi compromiso con la felicidad.

Aún recuerdo cómo me avisaron las enfermeras, el día que recibí el diagnóstico, de que el cáncer iba a cambiar mi vida por completo. Y también recuerdo cómo los primeros meses vivía con un ingenuo orgullo pensando que eso no me iba a ocurrir a mí. Han pasado seis años y la conclusión es que, efectivamente, ha removido toda mi vida de una u otra manera. Aún recientemente he sufrido una experiencia muy dolorosa que considero está relacionada directamente con aquel diagnóstico y el sacrificio que ha exigido a todo mi entorno.

Pero lo más importante de todo es que te levantas cada día a poner en marcha tu vida de nuevo con dos ideas fundamentales en la cabeza; llegar al final de la jornada sin dejar a medio ninguna de las cosas importantes para ti y desarrollar las horas que tienes por delante sin olvidar las lecciones que la experiencia te ha enseñado.

Esto último es lo más difícil, porque lo bueno y lo malo van de la mano y resulta imposible separar. Si vuelves a realizar tu vida tal cual, entonces es como si el sufrimiento no hubiera servido para nada. Pero si tratas de hacer valer las lecciones aprendidas, es como si el cáncer fuera una mancha en la cara que no puedes ignorar ni siquiera durante un solo minuto.

En ese punto de inflexión es donde hacemos músculo. El necesario para llevar con buen ánimo ese protagonismo excesivo de la enfermedad y el que te exigen las experiencias para sobrellevar los efectos que aún sigue teniendo en tu vida. Y no es figurado, es real, he retomado mis carreras y cada vez me siento más ligera, más rápida y más fuerte.

Un fuerte abrazo para todas las personas que están realizando ahora esta ‘travesía’ y a sus familiares.

Temas

Experiencias vividas en torno al cáncer por una periodista murciana que ha sobrevivido a la experiencia

Sobre el autor

Periodismo. Social Media. Formación. Aprendiz eterna. Sobreviviente del cáncer. Una entre tantos. Ni más, ni menos.


abril 2014
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930