García Martínez – 9 enero 1993
Ya la tenemos, otra vez medio liada en el Golfo. Ocurre con esto lo mismo que con las películas de éxito. El Padrino, tiburón y Aeropuerto dan paso a El padrino II, Tiburón II y Aeropuerto II, y estas preceden a la serie III, y la III a la IV, y así. La semejanza, sin embargo, no se limita a lo dicho. Ha llegado un momento en el que, por lo que sea, la guerra con Sadam, o esa otra que tiene lugar entre los yugoslavos, se recibe por los occidentales acomodados por la misma función que aquellos tebeos de hazañas bélicas de nuestra ya lejana adolescencia.
La radio la televisión nos iba ofreciendo, durante todo el día de ayer la marcha atrás del ultimátum dado por las, así llamadas, cuatro potencias del dictador de Irak. Quedan seis, quedan cuatro, quedan tres horas para que la cosa haga pum. ¿Y quién se conmueve? Pues nadie, me parece a mí. Puede incluso que nos frotemos las manos ante un fin de semana divertido. Además del encuentro entre la Real Sociedad y el Madrid, tendremos imágenes de cirio que, muy probablemente se montara en el Golfo Pérsico. Y hasta nos diremos, preparando el güisqui con hielo: “Vamos a ver como se porta en esta ocasión la CNN”
Esta guerra será, sin duda, mucho más cinematográfica que la yugoslava, donde solo usan viejas armas convencionales. Será como la del jueves pasado en Canal +, esa del Intruder.
¡Medio kilo de pipas me comí!