García Martínez
Tenía que ocurrir. La izquierda-o lo que sea-que nos viene gobernando decidió ponerse del lado de gays y lesbianas. Y ahora que la derecha muestra síntomas de acceder al poder, este colectivo pregunta: ¿Qué hay de lo nuestro?. La razón de que quieran saber a qué atenerse es muy sencilla. La derecha antigua-derechona, que diría Umbral- despreciaba a los distintos. Lo cual no quitaba para que protegiera en silencio a quienes, de entre ellos, padecían esas así llamadas desviaciones. La tradicional hipocresía, vaya.
La derecha centrada (que dicen) que ahora mismo no es aquella. Y lo más probable será que acojan a estos colectivos sin reticencia ninguna. Puede que lo hagan porque buenos don los votos, vengan de donde vengan. No me gustaría que fuese así. Gays y lesbianas son tan dignos como usted y como yo.se trata de una realidad en la que nadie es culpable. Y hay que afrontarla con humanidad y comprensión. Otra cosa es que, de un tiempo a esta tarde, por circunstancias diversas, se haya incluso llegado a presumir de no ser como los demás. Y tampoco es eso.
Un Partido Popular civilizado tendrá que apostar por la no discriminación de gays y lesbianas. Más no por intereses electorales, sino por convencimiento. Y, por su parte, tanto las lesbianas como los gays deben comprender que no hay razones ni para hacer ostentación de su diferencia, ni para esconderse en las catacumbas.