García Martínez – 18 febrero 1993
No entiendo, la verdad, qué les está pasando a los de Renfe. Ellos, que siempre fueron tan a lo suyo, ahora muestran una generosidad que a mí me parece excesiva.
Pretenden -lo cual veo yo muy bien- que, a cambio de ponerle a la región de Murcia un Intercity, paguemos los ciudadanos de esta Comunidad los déficits que pudieran producirse en los dos Talgos que ahora funcionan.
Observo, sin embargo, que los de Renfe están tontos. Pues se olvidan del llamado Correo. ¿Es que los del Correo no van a utilizar el Intercity? ¡Pues claro que sí! Entonces, el dinero que se deje de ingresar en ese viaje nocturno, también debemos pagarlo nosotros. Y más aún: hay quienes se desplazan en su coche hasta Albacete y una vez allí, toman el Intercity de Alicante-Madrid. Esos viajeros, cuando funcione el Intercity de Cartagena, dejarán de usar el Intercity de Alicante. Ya tenemos otra pérdida que, en buena lógica, tendríamos que sufragar nosotros. No me explico cómo los de Renfe no se han dado cuenta y tiran piedras contra su propio tejado. ¡Ah! Y otra cosa. Si los autobuses de Renfe dejaran de vender algún billete por culpa del proyectado Intercity, ¿quién mejor que usted y yo para rascarse el bolsillo?
Servidor cree que ha llegado el momento de llamar a la presidenta de Renfe y nombrarla hija adoptiva de la Región. Yo de momento, le voy a mandar un puro
Que se lo merece, ¡coñe!