García Martínez – 7 marzo 1993
Uno de los agricultores que patrocinaron el viernes en la Marcha Verde declaró, desde la madrileña plaza de España, que nuestro país se había convertido en el puticlub de Europa. Me quedé , al oírlo, pensativo, procurando encontrar el porqué de información tan peregrina. Y aún no e llegado a conclusiones medianamente definitivas.
España puticlub de Europa. ¿qué quería decirnos este labrador? Al final me he convencido de que se trata de una de esas salidas que sólo se les ocurren a los agricultores. Estamos, pues, ante una sentencia rural. Algo que, aunque no se comprenda bien, es el resultado de la reflexión campesina. Y uno debe suponer que, como tantas otras veces, lo que se nos ofrece es un pensamiento lleno de sabiduría. Supongo que algún día tendremos acceso a su exacto y cabal significado.
En principio, el eslogan suena bien. Podría sustituir sin duda a ese otro, tan desgastado ya, de “España es diferente”. Además este del puticlub engloba en cierta manera al otro. Pues se supone que sólo España, y nada más que España, ejerce de puticlub de Europa. ¿Cómo se habrá metido esta imagen en la cabeza del resignado agricultor?¡Cuántas cavilaciones, cuantas horas de meditación a pie de bancal, mientras los tordos meriendan en los olivos! De pronto, dirige la mirada hacia el horizonte, se rasca el cogote y musita: “El puticlub de Europa”. Eso es lo que somos.