García Martínez – 17 marzo 1993
He leído que piensan tocarle a la llamada Radio 2, la de la música clásica, o seria. Está visto que, aquí, los gestores, es que no pueden estarse con las manecicas quietas. Lo que andan buscando, según se dice, es amenizar la programación. Miedo me da, pues ya se sabe lo que algunos entienden por amenizar: montar vulgares concursos, tal como han hecho con la Teleuno.
Tenemos una emisora que emite todo el tiempo música que no es de chimpún. Hay oyentes, aunque sean minoría –pero una considerable minoría-, que son incondicionales de Radio 2.
Pues se acabó. Ya ha llegado el listo de turno dispuesto a ponerlo todo patas arriba, Es como lo de los pimientos. A usted y a mí nos van los pimientos. Pero el de la cocina se empeña en hacernos zarangollo. Nosotros protestamos, y él responde: ¡Pero, hombre, si se trata de un zarangollo que también lleva pimientos! Y nosotros; “Ya, pero es que lo que nos gusta es el pimiento”. Y el tío: “No me negará usted…” Total, que no hay medio humano.
El Gobierno -pues la emisora es del Gobierno- ha decidido hacer otra de las suyas, Tendremos que oír lo que a ellos les parezca bien. Y si no nos gusta, a fastidiarse, como tantas otras veces.
Ahora me explicó que la Radio 2 se escuche peor que cualquier otra emisorilla de FM. Está claro: tienen los repetidores, o lo que sea, abandonados. De ese modo van preparando el camino. Es el viejo truco.