García Martínez – 17 abril 1993
Varios jefes militares se han pronunciado sobre los comportamientos de los españoles de hoy. Creo que tienen razón cuando hablan de desarme moral. Y no tanto cuando de una manera simplista, identifican el patriotismo con lo militar. Como hay que decirlo todo, digamos que la falta de moral no se limita a una porción, por grande que sea, de la sociedad española. Pues, siendo como somos humanos, ¿quién me garantiza a mí que ese mismo desarme no afecta también, en mayor o menor medida, a la clase militar? Todo depende de lo que cada uno entienda por moral.
A estas alturas de la película no parece oportuno que un sector profesional -pues no otra cosa son los militares se ponga a juzgar, y en términos tan duros, a los paisanos. Bastantes problemas tenemos ya todos.
Tocante a la poca afición de los jóvenes por hacer el servicio militar, las cosas son como son, los tiempos cambian y cada época tiene su afán, Servidor, por ejemplo, reniega de la mili, porque lo único que hicieron conmigo fue someterme a todo tipo de tropelías. ¿Dónde estaba entonces el desarme, moral? ¿En el pobre recluta que era yo o en el abuso de los jefes y oficiales que me tocó soportar? Dicen que la mili de ahora es otra. Pero es que da la casualidad de que los jóvenes de ahora también son otros.
Mire, mi capitán: cumpla cada uno como mejor pueda y dejemos, las homilías para los públicos.