García Martínez – 7 mayo 1993
Somos un país sorprendente. ¡Pues no que ahora se están disputando a Suárez los mismos que contribuyeron a que se quedara el pobre hombre tirado en la cuneta! Le ha ocurrido Suárez lo que al Señor: entró en Jerusalén entre palmas y olivos, soportó el doloroso camino hacia el Calvario, y fue crucificado, muerto y sepultado para después resucitar glorioso.
Todos quieren ahora a Suárez. Los socialistas que lo acosaron y derribaron sin piedad; y los aliancistas que boicotearon su proyecto porque era demasiado izquierdoso. Fíjese usted hasta qué extremo han llegado las cosas, que hasta el CDS -el partido que él fundara- lo reclama para sí. Ya sólo falta Izquierda Unida, que lo habría solicitado también, si no fuera porque últimamente van ganando los duros. Tres partidos reivindican a Suárez. La pega es que sólo hay un Suárez y no parece oportuno romperlo en trozos. Lo que estamos viendo en realidad es que tras la experiencia, el personal siente añoranza de la UCD. Me pregunto por qué no la refundan.
En el caso de que Suárez no se decidiera por esa opción que digo, tendremos que acudir al sorteo. Se deja el tema en mano de la dirección general de Loterías, se imprime el papel se vende en los quioscos y al quien le toque, le toque. ¡Ay!
¡Cuanta implacable y benéfico es el discurrir de los años! Pase lo que pase, digan lo que digan, el tiempo deja a cada uno en su lugar de descanso