García Martínez – 23 mayo 1993
Al así llamado Carlos Andrés Pérez, presidente venezolano, también lo ha trincado la Justicia, Dicen que porque le sospechan maniobras que tienen que ver con el manejo del dinero. ¡Joder! ¡Mires a donde mires siempre te topas con alguien hurgando en la cesta del pan!
Los españoles llevamos un tiempo como desansiados, por la mucha decepción que nos producen las corrupciones políticas. Tampoco hay que acomplejarse. Mira lo de Italia. Fíjate, ahora, en el presidente venesolano. Lo cual no supone que rechacemos aquello de que mal de muchos, sólo es consuelo de tontos.
Nadie ha podido evaluar todavía si con la dictadura se producen más o menos corruptelas que con la democracia, (Dejando al margen que la dictadura, en sí misma, ya es corruptela).que debería tranquilizarnos. Un régimen dictatorial funciona a luz de gas, mientras que un régimen democrático se alumbra con ese cañón potentísimo dentro de cuyo círculo de claridad se mueven las vedettes. Es verdad que duele y desanima la corrupción del ambiente, pero sería aún peor que no trascendiera. Mientras tengamos la posibilidad de conocer al ladrón, ya podemos -en un mundo tan complejo-darnos con un canto en los dientes.
Lo previsible es que, conforme los mindangos vayan siendo atrapados por la luz de cañón, la nómina de sinvergüenzas bajara notablemente.
No porque se conviertan a la ética, sino porque a la fuerza ahorcan.