García Martínez – 4 junio 1993
Venga, hombre! ¡Nada de miedo a nada, ni a nadie, salvo a la traicionera muerte! Si la mayoria sale absoluta, tranquilos. Si no sale absoluta, tambien tranquilos. Si gana el PSOE…
-¿Tranquilos?
Si, señor, igualmente tranquilos. Y si el PP, lo mismo. Y si IU, igual. Y si el CDS, tranquilos todo el mundo. Pero, ¡oiga!, la democracia es asi. Lo que salga es lo que vale. No hagamos ya maldito el caso a la historieta de la llamada “mayoria estable” , “gobierno estable”, que me suena mas bien a establo. Usted ya me entiende. si gobiernan varios de diferentes colores, pues nada, a ponerse de acuerdo y a consesuar lo que mejor convenga al mundo. Más me gusta esto que los absolutismo prepotentes. Varias fuerzas tirando cada una de un lado, fructifican en una situación equilibrio. Y ya con eso-más unas pocas ganas y una miaja honradez-basta para gobernar. Que tampoco hay que doctorarse en Quembris, coñe.
Miedo, ¿sabe usted?, a nada. Ni siquiera a la abstención. Para lo que pase, el sistema dispone de formulas idóneas para cada cirscunstancia. No caigamos en la trampa aquella de “vota paz”
Votamos siempre, tanto si los votos son para Fulanito como para menganito. La paz, como el valor, se da por supuesta. Dejemonos, pues de tonterias. Vayamos todos juntos, y yo primero, por la vereda constitucional. Y el que se rie, que lo pague.